La lubricina del líquido sinovial aumenta en la rotura espontánea del ligamento cruzado canino, lo que podría ser un indicativo de desarrollar artrosis en el futuro. Su estudio puede abrir nuevas líneas de enfoque terapéutico tanto en animales domésticos como en humanos.
La lubricina es un importante lubricante, una glicoproteína condroprotectora en el líquido sinovial. Se ha observado un aumento de la lubricina del líquido sinovial después de una fractura intraarticular en humanos y caballos y en osteoartritis en etapa tardía humana; sin embargo, se desconoce cómo la lubricina sinovial se ve afectada por las lesiones que desestabilizan la rodilla en animales grandes.
La rotura espontánea del ligamento cruzado craneal (RCCL), el equivalente del ligamento cruzado anterior, es una lesión común en perros que a menudo se acompaña de osteoartritis. El estudio ha observado que no hay indicios de cómo se altera la lubricina en diferentes especies o tipos de lesiones.
Tras el análisis de registros clínicos, radiografías y muestras de líquido sinovial de 30 perros que sufrieron RCCL y 9 perros clínicamente sanos, las concentraciones de lubricina en el líquido sinovial se correlacionaron con la presencia de osteoartritis radiográfica en tres animales que sufrieron lesión por rotura espontánea del ligamento cruzado craneal antes de la manifestación radiográfica de osteoartritis. Lo que, en palabras de Heidi Reensik -autora principal del estudio- apunta a que “la lubricina puede ser un biomarcador potencial para la lesión articular temprana”.
Otro elemento que cabe destacar de este estudio, llevado a cabo por un equipo interdisciplinar, es su transversalidad al revisarse de manera sistemática todo lo publicado sobre la lubricina tanto en salud humana como veterinaria. En este sentido, su conclusión es que no existía un consenso unificado sobre cómo se altera la lubricina en otras especies veterinarias domésticas y en las lesiones articulares humanas. Y esto es lo que han puesto sobre la mesa el equipo de Reesink, al propiciar por un lado la posibilidad de nuevos enfoques terapéuticos y por otro al abrir líneas de investigación en enfermedades comunes en perros y humanos como es la osteoartrosis.
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