Iolanda Navalón es Licenciada en Veterinaria por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), especialista en Cardiología y Diplomada por el Colegio Europeo de Medicina Interna. Ha desarrollado prácticamente toda su vida profesional en el Hospital Ars Veterinaria, en Urgencias, Medicina Interna y como responsable del servicio de Cardiología y recientemente se ha incorporado al equipo del Hospital Veterinari Canis, de Girona, al cargo del departamento de Cardiología. En esta entrevista nos explica cuáles son las causas más comunes de las enfermedades cardíacas en nuestros animales de compañía y cómo podemos detectarlas y tratarlas, siempre que sea posible.

Se estima que aproximadamente un 10% de los perros que acuden a consulta a las clínicas veterinarias presentan una patología cardíaca y que la degeneración valvular mitral crónica es el problema cardíaco más frecuente, suponiendo el 75% de los problemas cardíacos que se ven en canes. ¿Por qué se produce esta enfermedad?
La causa de la enfermedad degenerativa de la válvula mitral (EDVM) no se ha determinado, pero desde hace tiempo se sospecha que la herencia juega un papel importante debido a la fuerte asociación de esta enfermedad con ciertas razas pequeñas y medianas. Hay estudios que sugieren que la enfermedad tiene una herencia poligénica; es decir, que hay múltiples genes que influyen en ella y se debe alcanzar un cierto umbral antes de que se desarrolle la enfermedad.
También es probable que pueda haber factores desencadenantes primarios que aumenten el riesgo de enfermedad en perros ya predispuestos. Hay publicaciones que dicen que puede haber un aumento de la actividad de la serotonina (que es un neurotransmisor), ya que se han demostrado mayores concentraciones en sangre de serotonina en perros predispuestos a EDVM.
¿Los problemas cardíacos en perros se producen más a menudo por problemas congénitos o por factores externos?
Las enfermedades congénitas suelen tener una prevalencia de alrededor del 10% de las enfermedades cardíacas. El resto son enfermedades adquiridas, es decir que se presentan clínicamente después del nacimiento, como la EDVM, cardiomiopatías o enfermedades de pericardio.
¿Cuáles son los factores externos más comunes?
Dependerá mucho de la enfermedad en concreto, pero puede haber causas infecciosas, (víricas, bacterianas, parasitarias), nutricionales, traumáticas, arritmias, tóxicos, entre otras.
¿Hay razas caninas con mayor predisposición a padecer enfermedades cardíacas?
Sí, de ahí que en muchas de ellas se piense que hay un factor hereditario. De hecho, cuando hacemos un diagnóstico diferencial de las patologías, pensaremos más en unas o en otras dependiendo de la raza o incluso dependiendo del tamaño del animal. Un bóxer, por ejemplo, tiene predisposición a las cardiomiopatías, a la estenosis subaórtica o la estenosis pulmonar, o un maltés a una enfermedad degenerativa mitral, por ser raza pequeña, si está en edad avanzada, o a un conducto arterioso persistente de forma congénita.
¿Debería hacerse un seguimiento más exhaustivo a este tipo de perros desde la infancia? ¿Qué seguimiento veterinario recomendaría seguir a los propietarios?
Sí, hay algunas razas con las que debemos tener especial atención, porque ya sabemos que están descritas como razas predisponentes. Es importante hacer visitas veterinarias iniciales cuando adquirimos al animal y también de seguimiento, ya que con la exploración física el veterinario puede detectar signos clínicos, como soplos cardíacos o arritmias, que conduzcan a una detección precoz del problema. A partir de aquí es cuando se decide en cada caso, si son necesarias otras pruebas diagnósticas, como ecocardiografía, radiografías o electrocardiograma, en función del paciente. Una detección temprana puede mejorar mucho el pronóstico.
¿Cuáles son los signos que nos permiten detectar que nuestro perro está teniendo un problema cardiovascular?
Por desgracia en muchos casos no podemos detectarlos hasta que el animal manifiesta signos de insuficiencia cardíaca, de ahí la importancia de la visita clínica. En estos casos podemos ver pacientes con intolerancia al ejercicio, fatiga, debilidad, tos, respiración agitada y rápida…A veces puede haber falta de apetito, con pérdida de peso, o incluso pacientes con síncopes (desmayos).
¿Cuándo les llega a urgencias un perro con enfermedad valvular degenerativa, por lo general tiene un buen pronóstico? ¿Cómo se suele tratar y qué cuidados posteriores va a necesitar el animal?
Cuando un perro llega de urgencias es porque ya manifiesta signos urgentes de insuficiencia cardíaca y en general eso nos indica que la enfermedad degenerativa ya está avanzada. En estos casos el pronóstico no es bueno ya que estamos hablando de una enfermedad que es crónica, progresiva y degenerativa.
En general solemos tratar medicamente la insuficiencia cardíaca, de manera que con el tratamiento, el paciente deja de ser sintomático durante un tiempo. A nivel médico no hay ningún tratamiento que vaya a corregir la degeneración de la válvula. Hoy en día también se realizan reparaciones valvulares, en algunos centros muy especializados, ya que es necesario un quirófano muy bien preparado con circulación extracorpórea y cirujanos cardiovasculares especializados en ello. También se está empezando a hablar de poner clamps mitrálicos por intervencionismo cardíaco, que son unos dispositivos tipo clips, que limitan el movimiento de la válvula, reduciendo el volumen de regurgitación.
¿Qué otras enfermedades cardíacas debemos tener en cuenta?
Como enfermedades congénitas las más frecuentes son la persistencia del conducto arterioso, la estenosis pulmonar, la estesosis subaórtica, el defecto interventricular, y con menor frecuencia el defecto interatrial, las displasias de la válvula mitral o la tricúspide o la tetralogía de Fallot, entre otras. Otras adquiridas, además de la enfermedad degenerativa de la válvula mitral que ya hemos comentado, serían la cardiomiopatía dilatada o la arritmogénica del ventrículo derecho, las miocarditis o la enfermedad del pericardio, algunas de ellas asociadas a tumores cardíacos.
¿Los perros y gatos también sufren hipertensión, como los humanos?
Es frecuente diagnosticar tanto la hipertensión pulmonar como la sistémica. La hipertensión pulmonar puede ser consecuencia de una patología cardíaca, aunque no siempre es así, hay otras causas posibles, mientras que la hipertensión sistémica, generalmente (80% de casos) está causada por otra causa primaria, como la insuficiencia renal o patologías endocrinas. La hipertensión sistémica primaria, como la que se diagnostica en personas, es menos frecuente, tanto en perros como en gatos.
¿Cuándo a nuestra mascota se le detecta un problema cardíaco puede hacer una vida normal o tendrá que hacer como en el caso de los humanos una dieta especial, ejercicio moderado…? ¿Cuáles son las mejores indicaciones?
Siempre dependerá de qué problema cardíaco hablemos, de su gravedad y de qué tratamiento podamos administrar. Hay animales que tienen enfermedades en fases asintomáticas que nunca evolucionan y nunca dan ningún tipo de manifestación clínica. Son animales que conviven con su patología cardíaca haciendo una vida normal. También hay animales a los que podemos curar, como en el caso del cierre de un conducto arterioso persistente; no obstante, también hay otros casos que, a pesar del tratamiento, solo conseguimos paliar los signos clínicos o retrasarlos. En estos últimos casos sí que deberán reducir su actividad física y muchos de ellos deberán tomar medicación crónica de por vida.
En cuanto a los gatos, la cardiopatía más común parece ser la cardiomiopatía hipertrófica, que llega afectar al 15% de la población felina. ¿Por qué se da esta enfermedad y qué solución clínica tiene?
En la mayoría de los casos, la causa se desconoce. Hay algunas razas como Maine Coon y Ragdoll en las que sabemos que está causada por dos mutaciones genéticas diferentes y también se cree que en el Sphynx puede haber una mutación. Otras causas secundarias que podrían causar hipertrofia ventricular cardíaca son la estenosis aórtica, la hipertensión sistémica o la presencia de un trastorno hormonal, como hipertiroidismo o acromegalia. La cardiomiopatía hipertrófica primaria no tiene tratamiento. Sólo en el caso de que sea secundaria podríamos tratar la causa inicial en algunos casos, como la hipertensión o el hipertiroidismo.
¿Cómo la podemos detectar en nuestro gato?
En algunos casos podemos detectar en la exploración clínica soplos cardiacos o ritmos anormales a la auscultación, pero por desgracia no siempre es así, de manera que en razas predisponentes es recomendable hacer estudios ecocardiográficos de screening, para detectarla de forma precoz. Al igual que comentaba en el caso de los perros, cuando detectamos signos clínicos en casa, como respiración agitada y rápida, apatía, postración o anorexia, ya hablamos de casos avanzados , donde lo que estamos detectando son signos de insuficiencia cardíaca congestiva.
¿Cuáles serían los hábitos más saludables para el gato con cardiopatía?
Una dieta equilibrada, agua a disposición y un ambiente adecuado, como cualquier otro gato. No se conoce ningún tratamiento que revierta o ralentice la evolución de las cardiomiopatías.
¿Qué podemos hacer para prevenir las enfermedades cardíacas de nuestros perros y gatos?
Dietas equilibradas, no deficitarias, ejercicio regular y un ambiente adecuado. En algunas enfermedades podemos medicar para paliar los signos clínicos o ralentizar su aparición, pero en la gran mayoría no podemos prevenir la enfermedad como tal.
Gema Salgado
0 comentarios