Con la llegada de la primavera, los cambios de temperatura y del metabolismo, la polinización y la aparición de insectos y parásitos típicos de la estación, hacen que nuestras mascotas puedan desarrollar alergias o sufrir picaduras o enfermedades parasitarias, como la leishmaniosis, que siempre es mejor prevenir. En este artículo te explicamos cómo puedes disfrutar del buen tiempo con tu peludo minimizando los problemas de salud.

Todos esperábamos el buen tiempo, tanto humanos como peludos, porque las temperaturas más cálidas y los días más largos nos permiten disfrutar más del paseo y de la vida fuera de casa. De todas formas, la estación más florida del año también tiene sus inconvenientes, como la posible aparición de alergias debido a la mayor concentración de polen y polvo en el ambiente y a la bajada de defensas que puede tener lugar por los cambios bruscos de temperatura o por problemas internos del animal. La dermatitis atópica es uno de los procesos alérgicos más frecuentes en esta época del año. Es una hipersensibilidad ambiental a alérgenos tanto de fuera (polen, floración de plantas…) como de dentro de casa (ácaros) a los cuales el sistema inmunitario de nuestro animal responde de una forma excesiva. Los síntomas suelen ser: prurito en la piel, sobre todo en la cara, las ingles y las axilas, lo cual lleva al animal a rascarse hasta producirse heridas serias, a veces; falta de pelo, en ocasiones estornudos o secreciones nasales y oculares y un debilitamiento mayor de su sistema inmunitario. Aunque el motivo de la dermatitis atópica no está del todo claro, se sabe que hay factores que predisponen a padecer este problema, como las alteraciones de la barrera cutánea y trastornos en el sistema inmunitario del animal o infecciones por bacterias o por hongos que pueden desencadenar el cuadro o agravarlo.
¿Cómo actuar en caso de alergia?
Si sospechas que tu perro o tu gato pueden estar sufriendo un proceso alérgico, lo mejor es que lo lleves al veterinario cuanto antes. Este le realizará una exploración y una prueba de alergia. Mediante una muestra de sangre que se enviará a analizar al laboratorio se detectarán las sustancias que están provocando el brote alérgico. En la actualidad se cuenta con inmunoterapia (vacunas) para mejorar este molesto problema de salud. También es importante que el animal ingiera una dieta rica en ácidos grasos Omega 3 y es muy positivo recurrir a suplementos alimenticios cuya finalidad es proteger la barrera cutánea y la inmunidad.
Garrapatas, pulgas y mosquitos flebótomos, a raya
Con la aparición del calor proliferan las garrapatas, las pulgas y también las arañas y los mosquitos flebótomos. Aunque todos pueden ser portadores de infecciones, en algunos casos severas, con estos últimos hay que extremar las precauciones, ya que pueden ser transmisores de leishmaniosis. Desde hace algunos años, este mosquito es endémico en la cuenca Mediterránea y lo podemos encontrar en prácticamente todas las estaciones, debido a la cada vez mayor calidez de las temperaturas, pero cuando el buen tiempo se instala, como ahora en primavera, aumenta su presencia. Hay que tener en cuenta que la leishmaniosis se transmite mediante la picadura de un mosquito flebótomo infectado y que aunque nuestro perro no desarrolle la enfermedad (dependerá de la fortaleza de su sistema inmunitario), puede actuar de reservorio y contagiar a otros perros o personas del entorno. Por ello es muy importante prevenir mediante la utilización de repelentes y productos antiparasitarios: collares, pipetas o sprays; no salir a pasear al amanecer, al atardecer y en las primeras horas de la noche, cuando estos mosquitos suelen ser más activos; evitar las zonas húmedas y evitar también que tu perro duerma en el exterior, ya que en una sola noche puede recibir más de cien picaduras, aumentando así las posibilidades de contagio. Dentro de casa puedes recurrir a las mosquiteras o a los enchufes eléctricos antimosquitos.
Síntomas como la pérdida de peso, la pérdida de pelo, las lesiones cutáneas, el cansancio o las hemorragias nasales pueden alertarte de leishmaniosis. En este caso, deberás llevar a tu peludo lo antes posible al veterinario para que le haga las pruebas necesarias y te ofrezca un diagnóstico fiable. Vacunar a tu mascota contra la leishmaniosis reduce en gran medida el riesgo a desarrollar la enfermedad y en caso de que tu peludo la contraiga, ayudará a su organismo a combatirla. También es muy efectiva, cuando la enfermedad está latente, la administración de suplementos nutricionales que refuercen la actividad del sistema inmunitario.
Los pelillos urticantes que cubren a la oruga procesionaria para protegerla, liberan una toxina muy peligrosa que puede llegar a asfixiar a nuestra mascota si se le clavan en la lengua o llegan a su garganta y pueden provocarle una inflamación importante en contacto con partes sensibles de su cuerpo, como los belfos o los ojos.
La procesionaria del pino, otro riesgo a evitar
Al final del verano, la mariposa de la oruga procesionaria pone sus huevos en la copa de los pinos y al comienzo de la primavera, con el calor, esos huevos eclosionan y las orugas salen de sus nidos y descienden de los árboles, buscando la tierra, formando las características hileras que se pueden ver en el suelo, como si fueran en procesión (de ahí su nombre). Van en busca de un suelo blando para enterrarse y permanecer allí como crisálidas hasta estar preparadas para salir de la tierra convertidas en mariposas, comenzando así un nuevo ciclo. Este milagro de la vida tiene sin embargo varios riesgos importantes si en esta época salimos al bosque con nuestro peludo, ya que los pelillos urticantes que cubren a la oruga para protegerla, liberan una toxina muy peligrosa que puede llegar a asfixiar a nuestra mascota si se le clavan en la lengua o llegan a su garganta y pueden provocarle una inflamación importante en contacto con partes sensibles de su cuerpo, como los belfos, los ojos… Lo mejor es evitar las zonas de pinos en nuestros paseos y si no nos resulta posible y vemos nidos en los árboles o a la procesionaria en el suelo, deberemos ponerle la correa a nuestro peludo para evitar su impulso a curiosear qué es esa larga fila que avanza en procesión.
Puede que quiera comer menos, es normal
Otros cambios que conlleva el despertar de la primavera y el aumento de las temperaturas es el cambio de metabolismo en tus mascotas. Este se ralentiza y como consecuencia, tu peludo puede tener menos apetito. No debes forzarle a comer si no quieres que gane sobrepeso, es completamente normal, como también lo es que le apetezca descansar más.
Si tienes gato, verás que en esta época muda el pelaje, así que tendrás que cepillarlo más a menudo para eliminar el pelo muerto.
Gema Salgado
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