Como mínimo, una visita anual al veterinario es la recomendación de las diferentes organizaciones de especialistas en medicina animal para contribuir a la prevención de la salud de la mascota. Previniendo, detectando a tiempo posibles trastornos se consigue, con mucha frecuencia, minimizar sus consecuencias y favorecer el bienestar del animal llegando, incluso, a aumentar su esperanza de vida, y también la calidad de la misma.
El plan de salud básico de una mascota, dicta la organización colegial veterinaria, ha de incluir revisiones periódicas de salud, un plan de vacunación y una desparasitación periódica de la mascota. Sin embargo, cada veterinario, en función de la edad y el estado de salud del animal, realizará una pauta preventiva que sea adecuada a cada caso. En España no existen estadísticas sobre la media de visitas al veterinario que realiza una mascota.
La prevención es efectiva
Sin embargo, al margen de esos datos, gracias a las visitas preventivas las pruebas bioquímicas y hematológicas como parte de los controles regulares de salud, se facilita la detección precoz de las enfermedades antes de que se presenten clínicamente. Es la conclusión de una investigación que se desarrolló en Australia en perros de 5 a 8 años de edad y gatos de 6 a 9 años y que fue publicada en septiembre de 2016. La mayoría de los diagnósticos no fueron graves pero el 6,2 % de 406 perros recibió un diagnóstico de anomalía significativa. Entre anomalías significativas se incluyeron la anemia, la inflamación y trastornos hepáticos, de riñón y de páncreas. La conclusión final de este trabajo es que la atención preventiva permite una intervención más temprana y mejores resultados de salud.
Más consultas geriátricas
La siguiente consecuencia de la actuación preventiva, es el bienestar animal (menos causas de aparición de dolor, por ejemplo). Por supuesto, sin olvidar la importante influencia de las pautas alimentarias y la mayor calidad y efectividad de los medicamentos veterinarios. Esto ha favorecido que cada vez haya más perros que superen con creces los 12 años de edad; un hecho que permite apuntar que la prevención también permite aumentar la esperanza de vida en el perro.
Recuerda: si tienes dudas, consulta siempre al veterinario.
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