Las mejoras en la atención veterinaria y el mayor grado de bienestar que proporcionamos a nuestras mascotas hace posible que en la actualidad contemos con una población de pequeños animales longevos significativa que pueden alcanzar hasta los 17 años de edad o más. En este artículo te contamos cómo detectar que tu perro o tu gato se hacen mayores y cómo puedes cuidarlos y acompañarlos en esta etapa tan especial de su vida.

A partir de los 7 años, nuestro perro o nuestro gato comenzará a darnos indicios de que se hace mayor. En el caso del perro, le apetecerán menos los paseos largos, sus movimientos serán más lentos, puede que le cueste más levantarse o subir escaleras, especialmente si tiene artrosis; puede tener problemas de audición o de visión, pérdida de pelo y cambio en el color del manto del pelaje, que se aclarará, como los humanos con las canas…mientras que en el caso del gato, también se moverá con mayor lentitud, descansará más, buscará más sus espacios de tranquilidad fuera del alboroto familiar, será menos hábil para subir a los espacios altos y moverse y buscará menos el juego que antes, aparte de ver reducida su vista y audición, como en el caso del perro… y acicalarse menos. En ambos casos, su inmunidad se verá resentida además, debido al proceso de inmunosenescencia, lo cual requiere de mayores cuidados preventivos y tratamientos veterinarios para paliar los posibles problemas de salud que vayan apareciendo con esta bajada natural de las defensas de su organismo.
Revisiones veterinarias
Seguir el calendario de vacunaciones y desparasitaciones internas y externas es fundamental en la vejez de nuestros animales debido a los cambios metabólicos que comprometen su inmunidad, así como realizar los chequeos pertinentes cuando detectemos que nuestro perro o gato cojea o siente dolor al moverse, cuando haya indicios de sarro, mal aliento o sangrado de las encías; problemas de visión o audición, cambios en el comportamiento, alteraciones en la ingesta de comida o agua o aparición de síntomas que nunca antes se habían detectado.
Nutrición para la longevidad
Debido a que en estas edades tanto perros como gatos se mueven menos, tienden a perder masa muscular y agua, al mismo tiempo que aumenta la grasa corporal y la tendencia a la obesidad y a la inflamación. Es importante ajustarles la cantidad de comida para evitar que ganen peso y aportarles una alimentación equilibrada basada en proteínas de alta calidad que ayuden a mantener su tejido muscular, carbohidratos fáciles de digerir para producir energía; ácidos grasos Omega 3 (EPA y DHA), que aparte de ser antiinflamatorios mantienen la salud del pelaje, del sistema nervioso y cardiovascular, así como la función cognitiva; minerales esenciales que ayuden a la salud articular (magnesio, manganeso, selenio, zinc, cobre…) y vitaminas antioxidantes para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario. En el caso de los gatos, puede que además necesiten una alimentación que ayude al correcto funcionamiento renal, si tienen problemas de riñón.
Aparte de los piensos de calidad específicos para mascotas senior, es muy interesante incorporar a su alimentación suplementos condroprotectores, como Condrovet Force HA, con condroitín sulfato, glucosamina, ácido hialurónico y colágeno, para reparar y nutrir el cartílago de las articulaciones, especialmente si tienen osteoartritis, o Impromune, un alimento para fortalecer su sistema inmunitario, ambos de Laboratorios Bioibérica.
Actividad física moderada
Motivar a nuestro perro a hacer un ejercicio moderado será muy importante para mantener su tono muscular y favorecer una buena salud cardiovascular, así como para evitar el sobrepeso y alargar la vida de sus articulaciones. Si tiene problemas articulares puede que sienta dolor al caminar o al pasar del reposo a la actividad y esto le haga tener cada vez menos ganas de moverse. En este caso, es mejor realizar paseos cortos y frecuentes. En invierno habrá que evitar los paseos por zonas deslizantes con acumulación de hielo, para que no resbale. En el caso de los gatos, aunque con la edad se aletarguen y pidan más descanso, es muy positivo para ellos que les dediquemos tiempo de juego adecuado a sus ritmos para evitar la obesidad, el anquilosamiento y otras enfermedades asociadas.
Mientras que a los gatos la vejez les suele llegar sobre los 8 años y tienen una esperanza de vida de unos 16, en el caso de los perros, su longevidad depende de la raza y el tamaño. Los perros medianos son mayores sobre los 7 años y pueden vivir hasta los 15; los pequeños envejecen sobre los 8 o 9 años y tienen una esperanza de vida de 12 a 17 años, y los de razas grandes envejecen sobre los 7 años y suelen vivir hasta los 11.
Fisioterapia e hidroterapia
Al igual que nosotros, nuestras mascotas también se pueden beneficiar de estas técnicas que cada vez son más comunes y cuentan con más profesionales e instalaciones especializados para ellos. La fisioterapia incluye estiramientos, masaje, electroestimulación…La hidroterapia también resulta muy efectiva y recomendable, especialmente para poder ofrecer a nuestro peludo senior la posibilidad de realizar un ejercicio que no comprometa sus articulaciones inflamadas, si tiene problemas articulares, en un medio placentero y divertido como es el agua, que además rebajará sensiblemente su dolor, masajeará todo su cuerpo y le ayudará a mantenerse en buena forma.
Bolsas de calor seco en las articulaciones
Proteger a nuestro perro del frío y de la humedad será especialmente importante para su bienestar en esta edad. Hemos de procurar que su cama sea acolchada y confortable y que mantenga a una distancia del suelo sus articulaciones. Puedes aplicarle a tu mascota bolsitas de calor seco (las de huesos de cereza, por ejemplo, que puedes calentar previamente en el microondas y que conservan bien el calor) si tiene las articulaciones doloridas. Le aliviarán mucho.
Masaje relajante
Después de aplicar calor a las zonas doloridas puedes aprovechar para realizarle un masaje suave y relajante. Puedes hacerle un masaje superficial siguiendo la dirección del crecimiento del pelo desde la cabeza, cervicales, lomo y patas, de arriba hacia abajo, sin dejar de mantener contacto con ambas manos. Este masaje estimulará su circulación, le aliviará el dolor, debido a la liberación de endorfinas y le ayudará a ganar flexibilidad, a mejorar la elasticidad de los músculos y a recuperar fuerza y masa muscular. No deberás realizar el masaje en caso de que tu mascota tenga fiebre, hongos, heridas en la piel, tumores o cualquier tipo de infección.
Cuidar más su higiene
Si siempre has tenido una higiene escrupulosa con tu animal de compañía, en estas edades aún hay que extremar más este aspecto. Debemos mantener sus ojos libres de restos en el lacrimal; sus orejas bien limpias, su boca libre de sarro, con un cuidado frecuente, y su pelo perfectamente limpio y cepillado. Los gatos en estas edades pueden descuidar el acicalamiento por problemas de movilidad y habilidad muscular y pueden sufrir problemas digestivos por las bolas de pelo si no les realizamos un cepillado regular. Asimismo, se olvidan de limar sus uñas contra los rascadores y ahora deberemos cortárselas manualmente o aprovechar para preguntarle al veterinario cuando tengamos cita, si no nos atrevemos a hacerlo nosotros. Con los perros senior ocurre algo parecido al no desgastar tanto sus uñas al reducir sus paseos.
Más confort y más mimos que nunca ¿Cómo nos gustaría que nos cuidaran cuando nuestras fuerzas van mermando y nuestras capacidades disminuyen? Pues con mucha paciencia y cariño. Poner a su disposición colchonetas mullidas para que estén cómodos, alfombras en lugares comunes para que no resbalen, un arenero bajo para facilitarles el acceso, en el caso de los gatos; comprarles algo de ropa para que no pasen frío en invierno o poner a su alcance juegos interactivos que estimulen su mente, será muy importante para que vivan su vejez con calidad, pero sobre todo en esta etapa agradecerán más que nunca los mimos y caricias. Les harán sentirse queridos y felices y eso, sin duda, abundará en su salud y longevidad.
Gema Salgado
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