La leche de vaca, oveja o cabra no es adecuada para perros y gatos de cualquier edad. Sus intestinos no están preparados para digerir la lactosa que contiene.
La lactosa es un azúcar que los mamíferos pueden absorber sin dificultad durante la época de lactancia gracias a la enzima lactasa que está en su mucosa intestinal. La lactasa absorbe la lactosa y favorece su tolerancia. Esa enzima desaparece tras la lactación… excepto en el caso del ser humano que sigue consumiendo leche a lo largo de su vida por lo que mantiene ciertos niveles de lactasa en su intestino. En algunos casos esos niveles no son suficientes y se desarrolla la intolerancia a la lactosa.
En el caso del perro la cantidad de lactasa que hay en la mucosa intestinal del animal es proporcional a la cantidad de lactosa de la leche que su madre le proporciona durante la lactación. Mientras que los mamíferos herbívoros como las vacas, las ovejas o las cabras tienen mucha lactosa en la leche y mucha lactasa en el intestino… eso no ocurre en el caso de los mamíferos carnívoros como el perro. Estos tienen poca cantidad de lactosa en la leche materna y, en consecuencia, poca cantidad de lactasa en su intestino.
La leche y sus derivados no son para ellos
La leche de vaca, oveja o cabra no es muy adecuada para perros y gatos de cualquier edad ya que sus intestinos no están preparados para digerir la lactosa que contiene. De hecho pueden llegar a causarles intolerancias gastrointestinales que producen las incómodas diarreas. Que tu peludo tenga diarrea no significa necesariamente que tenga una alergia o un hipersensibilidad a la lactosa pero si ha ingerido lácteos puede indicar que su intestino no está preparado para digerir y absorber bien ese componente de la leche. No es preocupante pero sí muy incómodo. Consulta con tu veterinario de cabecera. Como profesional de la salud animal y conocedor de tu mascota podrá ayudarte a descubrir el motivo que ha desencadenado la diarrea y asesorarte sobre los cuidados que hay que proporcionarle.
Atención a su piel
Lo que sí puede llegar a ocurrir es que tu peludo tenga dermatitis atópica en la cara, las orejas, las axilas, el abdomen y la zona inguinal. Pero es importante destacar que si es por ingerir lácteos lo cierto es que el motivo de esas reacciones cutáneas suelen ser las proteínas de la leche más que la lactosa.
En muchas ocasiones es fácil detectar la dermatitis porque el prurito (picor) le hace rascarse con mucha más frecuencia y por la descamación, normalmente, ligera de la piel. Habitualmente la mayoría de los casos se resuelven con la aplicación de champuterapia.
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