La necesidad de esconderse del gato puede responder a varias causas. Lo cierto es que es un animal muy independiente y agradece contar con un espacio seguro, cerrado y sobre todo muy tranquilo en el que relajarse. Suele ser una respuesta a la pérdida de la sensación de control que tienen sobre su entorno. Esto les molesta y si se sienten así… una de las respuestas es irse a su escondite.
¿Y por qué se pueden sentir molestos los gatos? En primer lugar, si ve que su entorno ha cambiado… y esto es bastante fácil. Basta con que llegue a casa un desconocido o alguna visita que no sea de su agrado. También influye la limpieza diaria, le molestan los aromas de los detergentes o que se cambie el orden de los muebles. Y si hay una reforma en casa ¡prepárate para verle esporádicamente en varios días! Eso sí, asegúrate de que su comida y su agua están a su disposición y ¡que le resulten apetecibles!.
1.- Quiere sus marcas
Si cambiamos el orden de los muebles… alteramos su sistema de marcaje. Los gatos marcan su territorio frotando su cara en los muebles, las esquinas, las zonas de paso… y, por supuesto, en las piernas de su familia humana. Así deja sus feromonas faciales que le permiten tener controlado su entorno y sentirse seguro y protegido.
Si al hacer la limpieza o al decidir unos cambios en la decoración alteramos ese orden de marcas… no le va a gustar. Así que su primera respuesta es esconderse.
Los gatos adoran la rutina y tener controlado su entorno y les estresa extraordinariamente todo aquello que es imprevisible.
2.- Quiere estar solo
No hay duda: esconderse implica que quiere estar solo, tener un espacio de protección y tranquilidad. Es posible que no esté de humor para recibir nuestras atenciones, caricias y mimos… así que aunque normalmente sea un felino muy cariñoso no va a tener ningún inconveniente en darnos esquinazo y correr hacia su escondite. Saldrá de él cuando esté preparado.
3.- Tener un escondite ‘enriquece’ su entorno
Una caja, una cesta, una zona alta… es muy positivo proporcionarle esos escondites o espacios a los que solo el o ella puedan acceder. Enriquecen su entorno y tenerlos a su disposición favorecen su bienestar. Es importante que tenga un buen refugio “secreto” porque si no es así… ¡lo buscará!
Y no todos los escondites son seguros: puede que decidan que el interior de la lavadora, el horno, el lavavajillas o las estufas son espacios perfectos para ellos, sobre todo en los meses de frío cuando el calor es un atractivo más. ¡Pero tú sabes que no es cierto así que asegúrate de que queden bien cerrados siempre y que tu peludo está fuera!
Y los peligros no acaban ahí: cajones y armarios abiertos, cajas de herramientas y bolsas de plástico… ¡y vigila que no sienta un fuerte interés por resguardarse en el garaje para acabar escondiéndose el calor del motor del coche y eso podría ser muy grave. Si crees que el escondite favorito de tu gato no es seguro no dudes en consultarlo con su veterinario.
Cómo es un buen escondite:
- Cerrado (pero con una salida de seguridad).
- Sin ruidos.
- Acogedor.
- Cálido en invierno y fresco en verano.
- Que tu peludo pueda tener una sensación de estar en una cueva o una madriguera.
Si no tenemos espacio o no queremos alterar la decoración de nuestro hogar, algo tan sencillo y económico como una caja de cartón vacía y cerrada en la que hagamos un agujero por donde el gato pueda entrar y salir puede ser el escondite ideal para él.
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