Entrevista a Jorge Graziano Bach. Veterinario y músico
En la Rua de Outeiro, 95 de A Coruña, la Clínica Veterinaria PetVet es conocida por los lugareños por ser, con toda probabilidad, el único hospital veterinario del país que dispone de una sala de grabación donde se compone música terapéutica para tratar a las mascotas que entran como pacientes. 20 años atrás, el veterinario argentino Jorge Graziano Bach, que curiosamente comparte apellido con el gran compositor y organista alemán, a raíz de los resultados positivos que experimentaban los animales cuando les ponía melodías creadas por él capaces de generar ondas cerebrales alfa, comenzó a utilizar estas composiciones como parte del tratamiento, especialmente en posoperatorios o en momentos en que sus pacientes se encontraban muy inquietos. En la actualidad, «Rolo», como gusta que le llamen sus clientes y amigos, cuenta además con la ayuda de Alejandro Allo, un joven veterinario amante de la música con el que forma un duetto de jazz terapéutico.
Su clínica veterinaria es un tanto atípica; tiene una sala para componer música para sus mascotas. ¿Cómo surgió esta inspiración, qué le hizo llegar ahí?
Para empezar, aparte de veterinario soy músico, claro. En principio yo tocaba el saxo aquí en la clínica. Te estoy hablando de hace mucho tiempo, en el año 2000, veinte años atrás. Un buen día, un cliente llegó con una gata que había encontrado abandonada en la calle y que estaba muy enferma. La acogimos y la dejamos ingresada. Cuando yo tocaba el saxo, veía que la gata salía del transportín a escuchar y yo me dije: «mira, le gusta la música; tenemos una gata melómana». Yo toco jazz, sobre todo. Después de un mes en la clínica, la gata mejoró. Yo ya estaba super encariñado con ella, así que la gata se quedó conmigo, la adopté. Vi que la música, aparte de atraerla, la ayudaba en su condición clínica.
¿Y ahí comenzó su interés por la musicoterapia aplicada a animales?
Comencé a ver lo que se había publicado de musicoterapia en relación con los animales. Vi que en animales de producción, como las vacas, la música hacía aumentar la producción láctea, por ejemplo. Me puse a investigar en los efectos de la música en personas, tanto activa como pasivamente y buscando bibliografía encontré que hay una forma de estimular las ondas alfa que son las que inducen a una mayor relajación. En personas se hace con cascos; el sonido binaural, que va alternando el sonido de un oído al otro y es capaz de generar ondas cerebrales. Obviamente a los animales no les puedes poner cascos pero se puede modular una frecuencia dentro de una música para estimular las ondas alfa; entonces grabé unos cuantos temas tocando yo. Ocurrió que al poco tiempo tuve una crisis asmática, lo cual me hizo cambiar el saxofón con el que componía, por un saxo electrónico y la cuestión es que grabé unos cuantos temas: baladas, música clásica… y lo procesé con un flanger, una oscilación de 10 hercios. La música a 10 hercios emite una vibración…
¿Y comenzó a probarlo en mascotas?
Hice una prueba con los perros de la policía nacional de A Coruña, que yo atendía como veterinario desde hacía años. En aquellos tiempos había entre 15 y 17 perros. Probé sus comportamientos con la música que había compuesto; sin música, antes de comer y después de comer. Claramente con la música disminuía la cantidad de los ladridos, la intensidad y la duración. Tengo todo un trabajo realizado que nunca publiqué, porque lo llevé a cabo para mí, pero que empecé a utilizar en la clínica. De dos años hasta aquí lo he aplicado sobre todo en los posquirúrgicos, cuando las mascotas se despiertan de la anestesia. Y responden bien, por lo general. No todos los animales tienen las mismas reacciones, al igual que las personas, pero en líneas generales, la música surte efecto y se quedan más tranquilos, más relajados. Debido a esto, lo hemos adoptado como método.
¿Qué es más importante a la hora de componer música para los animales?¿Qué tipo de músicas resulta más terapéutico?
Una psicóloga canadiense que trabajó con perros probó con distintos tipos de música y encontró que el jazz, las baladas y la música clásica tenían una respuesta sedante, mientras que el rock y el heavy metal, los estresaba. Digamos que lo importante es que la música, independientemente del estilo, resulte relajante, porque igual que en clásica hay piezas muy sedantes, también hay otras composiciones que son bastante estridentes; mientras que algunos temas de metal, como por ejemplo Nothing else matters, la popular balada de Metallica, si los tocas con poca intensidad pueden resultar relajantes. No es tan importante el estilo como la forma de tocar. Y aparte del tema musical en sí, influye el procesamiento de la música para estimular las ondas alfa. Simplemente observamos el efecto, si les tranquiliza o no. En este caso no buscamos lo que le gusta al animal sino el efecto que le va mejor.
¿En qué casos se utiliza?
Generalmente en posquirúrgicos o también con algún animal que por algún motivo tiene que quedarse en el hospital y está nervioso. La música nos ayuda a tranquilizarlo, pero básicamente son animales hospitalizados, posoperados… Hace poco, una perra a la que tuve con suero le puse música y se quedó más tranquila…
Tiene un socio más joven que participa del gusto por la música y la veterinaria también…
Sí, va a hacer un año que vino un compañero veterinario a trabajar con nosotros, Alejandro Allo, y resulta que es músico también, entonces ahí nos juntamos y por eso decidí hacer la sala de música, porque así tocamos los dos. Él toca la guitarra, yo toco el saxo y la batería y aparte de hacer música para los animales también tocamos para entretenernos y relajarnos entre visita y visita.

¿Qué vino primero, la música o la veterinaria?
La música. Mi padre era guitarrista y ya desde pequeño, con 10-12 años yo tocaba en casa, en Buenos Aires; tocábamos música argentina, folclore. Empecé con la batería, los bongós… luego ingresé en Infantería de Marina, fue mi primera carrera, dejé la música, más tarde pasé a la facultad de veterinaria; en la facultad retomé la música porque había unos compañeros con quienes compartía esta pasión…Al cabo de un tiempo me fui a vivir a Estados Unidos y allí realicé estudios de música en el Berkley College of Music de Boston. Luego vine a España y recalé en A Coruña, donde después de mucho tiempo, retomé el saxo, y la batería. Tuve que ir a tomar clases porque esto es como un deporte en el que cuando lo dejas cuesta reeducarse.
¿Qué funciona mejor, Mozart o Beethoven?
A mí me gusta más Beethoven, pero a los perros les funciona mejor Mozart a nivel terapéutico. Mozart es mucho más homogéneo, salvo algunas excepciones, como la sinfonía Júpiter, por ejemplo. Sus composiciones en general están a un ritmo de 120 negras por minuto. En el caso de los perros, 120 es su frecuencia cardíaca y por esa característica Mozart va mejor como música tranquilizante. Es una música que no tiene altibajos, como Beethoven. En la 9ª sinfonía, por ejemplo, Beethoven empieza pianísimo y acaban con un tutti de toda la orquesta. A mí me gustan más las variaciones de instrumentación y de volumen de Beethoven desde el punto de vista musical, aunque para terapia es mejor Mozart. No obstante, una sonata como Claro de Luna de Beethoven puede ser igualmente terapéutica.
¿La música ejerce el mismo tipo de efecto sobre los perros que sobre los gatos?
El efecto es semejante en los perros que en los gatos con la música que yo les pongo. Yo no sé si es la música en sí, o esa oscilación de 10 hercios o ambas cosas, pero no he experimentado con músicas distintas para perros y gatos realmente. Uso las mismas y el efecto es similar en ambas especies, no hay una diferencia.
¿Qué instrumentos utiliza?
Básicamente el saxo electrónico, un Akai Ewi 5000. Para las composiciones trato de no usar muchas armonías sobre todo armonías complejas. Ante todo uso melodías y como mucho acordes de tríadas que son relajantes y placenteros.
¿Y una muñeira?
Eso lo tocamos para nosotros, aunque igual la Alborada da Veiga podríamos ponérsela.
Para oír su música: https://drive.google.com/file/d/1mpF15DMSPxOWaWsXoSmta_KnCqooXGc8/view?usp=sharing
Más información: www.clinicaveterinariapetvet.com
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