La vida de Etna, una gatita que con apenas mes y medio de vida pierde a su familia y es acogida en una protectora, cambia cuando Humana, una mujer amante de los gatos y del arte, la adopta. En El Diario de Etna, María Tello, que durante años presidió la Asociación Protectora de Animales de Guadalajara y conoce bien los problemas de los callejeros, da voz a Etna, una gata curiosa y decidida que explica el fascinante mundo de los felinos, la problemática de los voluntarios en defensa de los abandonados y su relación con los gatos de su nuevo hogar, como Serafín, un gato maduro que se convertirá en su maestro. Pero lo mejor de esta novela, prologada por el dibujante activista en defensa de los animales, Paco Catalán e ilustrado por Irlanda Tambascio, es su carácter solidario, ya que lo recaudado por su venta se destina a ayudar a las colonias felinas.

María, en ‘El Diario de Etna’ narras la vida de una gatita adoptada por una mujer amante del arte y de los gatos, que eres tú. ¿Qué te llevó a escribir esta novela?
La novela va muy ligada a mi actividad en el mundo de la protección animal. Yo he estado quince años en una protectora, como voluntaria, y eso me ha marcado mucho porque he vivido este mundo con sus aspectos positivos y los no tan buenos. Hubo un momento en mi vida en que después de una dedicación absoluta, porque yo terminé siendo la presidenta de esa asociación, que gestionaba un albergue municipal en Guadalajara, en el que necesitaba descansar y preferí seguir desarrollando esa lucha activa en defensa de los derechos de los animales de otra forma. Hice un alto y una vez decidí marcharme, en mi mente comenzó a coger fuerza una idea que empecé a plasmar en líneas. Comencé a desarrollar un texto que se convirtió en una novela y quien me inspiraba eran mis propios gatos, tanto Etna como los que en ese momento estaban en mi vida, en mi casa: Cloti, Alba, Isis, Serafín…
¿Todos estos gatos habían sido rescatados por la protectora La Camada, donde tú estabas?
Sí, a excepción de Clotilde, que se la encontró una amiga mía alrededor de unos contenedores de basura con dos meses de edad. Era una luchadora absoluta. Todos ellos fueron la primera generación de gatos que tuve desde que dejé de vivir con mis padres.
¿Una de ellas, Isis, era coja, verdad?
Isis tenía un problema en una de sus patitas, que no estaba amputada pero estaba doblada y rígida. No se sabe por qué. Se la encontraron atrapada dentro del motor de un coche con la pata doblada. Iba andando a tres patas. Ya viviendo conmigo se defendía perfectamente porque en una casa siempre es más fácil que en la calle. Subía, bajaba, hacía una vida completamente normal.
¿Y a Serafín lo adoptaste cuando era mayor o de joven?
Alba e Isis ya tenían un año y medio, fueron unas gatas que se me asignaron aleatoriamente y Serafín era un gatito de una de las tantas camadas que llegan tras los periodos de celo a las protectoras. Llegan centenares de camadas y en una de ellas no había sitio en la protectora, había que buscar casas de acogida y acogí a Serafín. Era un cachorrito, tendría dos meses. En principio vino como casa de acogida, pero me conquistó y se quedó conmigo.
Es un personaje esencial en la novela…
Sí, toda la gente que la lee se enamora de la personalidad de Serafín. Transmite una sensación de cariño, de ternura… Serafín es un gato maravilloso, le enseña a Etna todo lo que hay que aprender y ella que es sabia lo absorbe y lo va aplicando a lo largo de su vida, porque Etna es una cachorrita muy decidida, curiosa y descarada, que se cree que puede con todo y Serafín es un gato maduro, es la templanza, la sabiduría, la sensatez, y eso es lo que le enseña a ella.

En tu novela Etna cuenta cómo ve el mundo de los gatos y de los humanos. ¿Qué quisiste reflejar en el libro?
El Diario de Etna es un libro, pero realmente es un proyecto de ayuda a los gatos abandonados y es un compromiso con ellos. Lo que he querido reflejar es ese mundo que hay en nuestras casas, donde tenemos a los gatos cuidados, protegidos, amados, pero también esa otra realidad más cruel que es la de los abandonados. Yo lo he centrado en los gatos, pero lo podemos derivar a perros, a caballos, a aves…a cualquier ser vivo que se abandona, con el maltrato físico y psicológico que ello supone. Quería mostrar esa realidad, pero desde un punto de vista amable. Por eso Etna, que es una delicia de gata, lo narra indignada en ocasiones, en otros momentos en que no entiende las cosas, Serafín se las cuenta…Ella ve un documental en la tele de unos guepardos en cautividad y se indigna y Serafín le cuenta ese mundo; desde un punto de vista real, pero amable, porque quiero que mi libro llegue a todas las edades, pero la educación está en la juventud, ese es nuestro futuro, con lo cual quiero que lo pueda leer una persona adulta pero también los jóvenes y adolescentes para que aprendan, que entiendan qué es el cuidado de un animal, qué está pasando ahí afuera…
Otra cuestión importante que plasmas muy bien es la naturaleza de los gatos…
Sí, más allá de la creencia de que un gato es un animal independiente que pasa de nosotros, o de que un gato que es mayor se pasa todo el día durmiendo (¡cuidado, si le pasa eso es que está enfermo!) al gato hay que darle atención, afecto y cuidados veterinarios. Me apetecía que a través de Etna se conociera cómo se tiene que enriquecer la vivienda para que el animal pueda pensar que de alguna manera está en la naturaleza: un rascador alto, estanterías sin demasiados adornos para poder subir y bajar. Los areneros que hay que tener dependiendo del número de gatos y sus necesidades; dónde poner la comida que no esté cerca del arenero…una serie de pautas para el aprendiz que haga que la vida del gato sea cada día mejor junto al humano.
¿Cómo es Etna en la actualidad?
Etna ahora ha crecido, es una gata traviesa a la que le gusta pasar sus ratos a solas cuando ella quiere y que busca mi afecto cuando le apetece también. Ahora mismo está conviviendo con mi segunda generación de gatos y por las noches, que es cuando se activa (por el día es más dormilona), le gusta jugar con Platón. Ambos suben por las estanterías, por el rascador, bajan… le gusta tomar el sol y compartir conmigo ciertos momentos, como cuando estoy en el portátil escribiendo o viendo un vídeo, o estudiando Historia del Arte…vemos los vídeos juntas, pasamos las páginas juntas…se me pone encima del libro… Me inspira continuamente.
El Diario de Etna es un libro solidario, todo lo que recaudas con las ventas va destinado íntegramente a ayudar a las colonias felinas. ¿Son colonias que os lo piden, o cómo se realiza la gestión?
Cuando decidí escribir este libro y comencé a darle forma y a ver adónde iba a destinar la recaudación decidí que quería dedicárselo a las colonias felinas, a través de las gestoras de las colonias, las que llamamos «alimentadoras». Me daba igual que fuera una asociación constituida o de carácter individual, entonces me metí en las redes, en Instagram, creé mi cuenta de El Diario de Etna y observé a gente que trabajaba de verdad en este ámbito. También recurrí en inicio a lo que tenía más cerca. Yo vivo en una localidad de Guadalajara, Azuqueca de Henares, con lo cual la primera asociación a la que decidí ayudar es a la que está aquí, que es Mis tres lindos gatunos. También he ayudado en Paterna, en Cádiz, en Madrid, donde he vivido muchos años y luego a distintas asociaciones de Guadalajara. Mis listas van a aquellos que lo necesitan. A veces alguien me pide ayuda a través de las redes y en otras ocasiones lo voy viendo yo. Son asociaciones pequeñas, que viven de donaciones particulares e intento echar una «pata» con lo poquito que puedo.
María, tú has vivido de cerca y durante años el mundo del voluntariado y de las colonias felinas de callejeros…¿Cuál es el mayor problema con que nos encontramos hoy en día en nuestro país con los gatos de la calle?
Aunque cada vez se van implementando más normativas, tanto administrativas como penales, es verdad que la poca defensa que se ha realizado de los gatos que están en la calle desde las instituciones hasta el momento les ha perjudicado mucho y no solo a los gatos, que son los protagonistas de las colonias felinas, sino a las alimentadoras que los cuidan, porque se les falta al respeto, se las insulta, se les tiran los cacharros de comida y de agua que ponen…En la parte positiva de la balanza, la gente no mira ya hacia otro lado cuando se ataca a los gatos de las colonias felinas. Ahora mismo se están uniendo asociaciones y municipios que están creando normativas más sólidas, alianzas, y se están empezando a respetar esas colonias. Se están empezando a crear refugios para que puedan guarecerse tanto los gatos como la comida y el agua y se están empezando a dar carnets a las alimentadoras para otorgarles una entidad. Se las está formando, con lo cual ahí sí que hay una revolución. Esa unión entre las alimentadoras, las administraciones y las asociaciones beneficia a todas aquellas personas que no quieren ver sus calles llenas de gatos sin control.
El CER, que es un programa de captura, esterilización y retorno del gato a su entorno es un método muy positivo, ya que reduce el número de miembros de las colonias y encima cuando se les rescata se les da atención veterinaria, de manera que si hay alguno enfermo se le extrae, se le trata, se le lleva a alguna asociación para adopción… y a los que no, se les retorna y es un método eficaz y probado.
¿Estás de acuerdo con que los programas como el CER son la mejor solución para ayudar a los gatos de la calle a tener una vida más digna?
El CER, que es un programa de captura, esterilización y retorno del gato a su entorno es un método muy positivo, ya que reduce el número de miembros de las colonias y encima cuando se les rescata se les da atención veterinaria, de manera que si hay alguno enfermo se le extrae, se le trata, se le lleva a alguna asociación para adopción… y a los que no, se les retorna y es un método eficaz y probado. Para mí es la única solución ética que existe porque se les trata con respeto, se le quita el celo a las gatas, con lo cual el macho no entra en pelea con otros machos. También se castra al macho, por supuesto. Así evitamos peleas, evitamos que a raíz de esas peleas haya heridas que pueden llevar a la muerte al animal…. y al mismo tiempo se puede rescatar a gatos que estén mal porque tengan leucemia o cualquier otra enfermedad y se reduce el número de la población, como decía. No podemos seguir teniendo tantos gatos en la calle.
¿Habrá un Diario de Etna II?
¡Estoy en ello! Etna crece y tiene mucho que enseñar y lo va a hacer, de otra forma, pero con el mismo contenido: el respeto y amor a los gatos y a todo ser vivo.
Gema Salgado
Si quieres adquirir un ejemplar para hacer un regalo solidario puedes ir a la página www.eldiariodeetna.com y seguir las indicaciones que te den en la sección «Tienda». De esta manera tu dinero irá íntegramente a la ayuda de las colonias felinas.
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