Aunque es cierto que el gato es uno de los animales más limpios que existen, su piel necesita cuidados, tanto por su propio bienestar como por el de las personas que comparten su vida con él. Bañarlo al menos una vez al mes con un champú adecuado, cepillarlo con frecuencia, ofrecerle una alimentación completa y rica en ácidos grasos, vitaminas y minerales y desparasitarle hará que su salud se refleje en su pelaje, brillante y sedoso.
Es cierto que los gatos son extremadamente limpios, se acicalan continuamente en un perfecto ritual cuando se perciben sucios o cuando creen que no están lo suficientemente coquetos y también es cierto que no son grandes amantes del agua, una afirmación bastante cierta, aunque habría que precisar que unos lo son más que otros. El pelaje del gato es el signo externo del animal que mejor refleja la belleza de este felino, pero también su estado de salud, y pese a los mitos, requiere una serie de cuidados que influirán directamente en su bienestar.
Xavier Roura, veterinario del Hospital Clínico Veterinario de la UAB explica que hasta un 60% de las consultas veterinarias son debidas a problemas dermatológicos y que el mayor problema de la piel son las alergias, muchas de ellas asociadas a las picaduras de pulga. También apunta que muchos de estos problemas dermatológicos se pueden prevenir manteniendo un buen cuidado del manto dérmico. “Esto implica que nuestra mascota siga una buena alimentación, el cepillado frecuente del pelo del animal, el baño al menos una vez al mes con un champú de veterinaria adecuado y el control de parásitos externos: pulgas, garrapatas y otros ácaros”, apunta Roura.
¿Por qué cepillarlo?
Cepillar al gato si no a diario, frecuentemente, ayuda a eliminar el pelo muerto y a mantener el pelaje de nuestra mascota libre de suciedad y de ácaros, algo especialmente necesario si somos alérgicos. Pero además, este cepillado proporciona un gran placer al animal y a la vez actúa como masaje estimulante de la circulación. Otra ventaja es que con este hábito ayudamos a reducir sensiblemente los problemas de bolas de pelo que forma en su estómago cuando se acicala.
¿Cómo cepillarlo?
La mejor forma de retirar el pelo muerto es usar un cepillo de púas algo rígidas y empezar con un suave cepillado en el sentido contrario al pelaje: de la cola a la cabeza y después continuar a favor del crecimiento del pelo, de la cabeza a la cola. Será más fácil cepillarle si antes de comenzar pasamos nuestras manos por su pelo también en sentido contrario, como si le despeináramos.
Lo ideal sería cepillarlo unas dos veces por semana, aunque si es un gato de pelo largo o un gato persa debería hacerse a diario. Bastará con alisar el pelo con un cepillo de púas suaves y flexibles durante diez minutos si se realiza el cepillado a diario.
¿Cómo bañarlo y cuánto?
Si acostumbramos a nuestra mascota al baño desde muy pequeño y se lo hacemos ver como algo agradable no tiene por qué desarrollar una fobia al agua, aunque puede haber gatos que sientan verdadero pánico. Lo mejor para un baño casero es hacerlo o en la ducha, con una altura de agua mínima que le llegue a la tripa, en el bidé o en un pequeño barreño, no muy alto, poniendo una toalla en el fondo para que el animal pueda cogerse con las uñas y se sienta más confiado.
Colocaremos a nuestra mascota en la ducha, el bidé o el barreño sujetándola bien con una mano y nos ayudaremos del teléfono de ducha o de un pequeño vasito para ir vertiendo agua sobre su cuerpo. Pondremos una pequeña dosis de champú especial para mascotas gatos (suelen ser suaves y pueden tener algún componente antiparasitario) y lo lavaremos, procurando no mojarle ni las orejas ni los ojos. Lo aclararemos bien y luego lo envolveremos en una toalla seca frotándolo suavemente para que entre en calor. Es mejor no utilizar el secador de pelo, ya que podríamos quemarle y además su sonido puede resultarles muy estresante.
Tras el baño le peinaremos suavemente el pelaje y volveremos a envolverlo en una toalla más seca para que no coja frío. Lo más normal, si no se queda dormido, es que quiera volver a oler a gato y comience a acicalarse.
Si nuestro gato es hidrofóbico (que tiene miedo al agua) y el baño parece imposible,existen en el mercado espumas y champús en seco que funcionan bien para realizar una higiene completa.
En cuanto a la periodicidad del baño, si el gato no le tiene miedo al agua, se le puede bañar cuando se crea necesario;o, como mínimo, una vez al mes.
Una buena nutrición
La belleza del pelaje es un reflejo de la salud del gato, como decíamos al inicio del artículo y ésta pasa, si no hay ningún otro problema orgánico, por una buena nutrición a base de alimentos ricos en proteínas de calidad, ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, oligoelementos, como el zinc, vitaminas y minerales. Aparte de proporcionarle una nutrición de calidad a nuestra mascota podemos ofrecerle algo de pescado fresco una o dos veces por semana, como salmón y atún, ricos en ácidos grasos, que favorecen el brillo del pelaje.
En casos en los que nuestro gato presente una dermatitis atópica puede ser interesante aportarle algún suplemento de calidad, como Atopivet, de Bioibérica, que incorpora ingredientes punteros como los nucleótidos y el ácido hialurónico, que restauran y reparan la piel reduciendo la deshidratación. Asimismo integran ácido eicosapentanoico (EPA) y ácido gamma linolénico (GLA). El primero disminuye la inflamación y refuerza la inmunidad, mientras que el segundo resulta también un buen anti-inflamatorio y favorece la función de barrera de los lípidos dérmicos. Además, estos suplementos contienen óxido de zinc y vitamina E, que ayudan a la piel a recuperar el metabolismo celular, mejorando los síntomas de la dermatitis.
La importancia de desparasitar
Tan esencial como una buena nutrición o un cuidado higiénico del pelo y el manto dérmico del gato es la eliminación de parásitos tanto externa como interna, ya que es uno de los principales problemas con que se va a encontrar nuestra mascota y los que convivimos con ella. Eliminar las lombrices intestinales de los gatos mediante pastillas antiparasitarias o pasta antihelmíntica, siempre bajo supervisión veterinaria, siguiendo una dosificación acorde con el peso y la edad de nuestra mascota será indispensable. Por otra parte, deberemos eliminar los parásitos externos más comunes: pulgas, piojos y garrapatas mediante sprays (en gatos pequeños y grandes) o pipetas (a partir de las 6 semanas). De esta manera evitamos problemas mayores, como las alergias por la picadura de pulga, por ejemplo, y podremos disfrutar de nuestra mascota con total seguridad.
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