Para mantener alejada la enfermedad de tu peludo deberás estar atento y realizar las visitas pertinentes al veterinario. Por una parte están las visitas rutinarias (las que deberás hacer al menos una vez al año si tu perro es adulto y más frecuentemente cuando tienes un cachorro, marcadas por el calendario de vacunaciones y desparasitaciones) y por otra, las que le tocan a partir de los 10 años, cuando empezará a necesitar atención veterinaria más a menudo. Pero además hay otros casos en los que también será necesaria una visita, a veces urgente. Te explicamos cuándo.
Por lo general, un perro sano come y bebe sin problemas, hace sus deposiciones de manera regular, luce un pelaje brillante y uniforme y muestra ganas de jugar, de curiosear por la casa o el jardín o de salir a pasear con un comportamiento amigable. Tú eres quien mejor le conoce y la mayoría de las veces sabrás detectar cualquier signo fuera de lo normal. Pero para que salgas de dudas sobre las ocasiones en las que tienes que llevar a tu peludo al veterinario te diremos que por lo general, si no manifiesta problemas aparentes de salud, puedes llevarlo a que le hagan un chequeo una vez al año, si es adulto.
Este chequeo puede ser integral y comprende revisión de oídos, de ojos, de la salud bucal, de la piel, las uñas y el pelaje, del aparato genitourinario, del sistema cardiovascular, de los pulmones, la medición de la presión arterial, análisis de sangre, de heces y de orina. En la misma consulta tu veterinario te hablará de los programas de vacunación preventivos para mantener a raya ciertas enfermedades y cómo seguir una desparasitación correcta. También te dará consejos sobre su alimentación y comportamiento.
Cuando es cachorro
Hasta que tu perro alcance entre los 9 meses y el año, en razas pequeñas, el año o el año y medio en razas medianas, los 2 años, en razas grandes o entre los 2 años y medio y 3 en razas gigantes, es cuando deberás visitar al veterinario con más frecuencia, ya que los cachorros deben seguir un calendario de vacunaciones para prevenir las principales enfermedades infecciosas y además habrá diferentes aspectos que deberá revisar el profesional sanitario canino, como posibles anomalías congénitas, tratar las desparasitaciones externas (pulgas, piojos, garrapatas, leishmania…) e internas (lombrices intestinales) y otros aspectos como la mejor alimentación o ciertas pautas educacionales para evitar problemas de conducta en tu peludo.
Cuando se hace mayor
De la misma manera, después de la etapa adulta, sobre los 10 años de edad, tu perro se va haciendo mayor y será necesario revisarle periódicamente para detectar cualquier enfermedad, ya que a partir de esta edad sus defensas bajan y será recomendable revacunarle. Asimismo, deberás informar al veterinario ante problemas urinarios, alteraciones del ciclo sexual, cansancio, dolores o molestias de diferente naturaleza, trastornos digestivos…para poder ayudar a tu peludo a recuperar su salud y bienestar. Otros momentos en los que será más frecuente la visita al veterinario se dan cuando se adquiere un animal en tienda o se adopta o si te dedicas a la cría, durante el embarazo de tu perrita.
Señales de alerta
Raquel de Pedro, veterinaria de la Clínica Evet, en Vallirana, Barcelona, explica que hay algunos síntomas comunes que pueden ser motivo de preocupación respecto a la salud de nuestros peludos, como son los vómitos. “Si son vómitos que duran un día y aunque sean agudos el animal sigue contento y no deja de comer no será muy preocupante, pero si son vómitos reiterados, duran de 2 a 3 días o si son independientes de la ingesta y además nuestra mascota se encuentra apática, será necesario consultar al veterinario”, asegura de Pedro.
Lo mismo ocurre con la diarrea, sobre todo si hay presencia de sangre en las heces o en el vómito también. Asimismo pueden darse síntomas músculo-esqueléticos. Hay cojeras leves producidas a veces por un traumatismo que en un par de días van a mejor y que la mayoría de las veces acaban remitiendo, pero si nuestro peludo no apoya nada las patas en el suelo por dolor, se observa alguna zona inflamada y el animal siente dolor en la manipulación habrá que consultar con un profesional. Por otra parte, si nuestro compañero de cuatro patas camina encorvado, tembloroso e incluso se queja a la manipulación o no consigue mantenerse en pie podría tratarse de una lesión medular, con lo cual debería ser llevado al veterinario con urgencia.
A veces, el signo que nos llama la atención es que nuestro peludo deja de comer y está decaído. Si este cuadro dura dos días o más, será interesante acudir también al veterinario.
Otras cuestiones comunes que nos hacen dudar si ir o no al veterinario son los problemas de piel, aunque ante picores recurrentes, hinchazón, úlceras o heridas es irremediable la visita. Repetimos lo que decíamos al principio: ante cualquier síntoma extraño debemos dejarnos guiar por el sentido común: la intensidad del problema, el tiempo que dure y sobre todo el estado energético de nuestro peludo hablarán por él.
Ante la duda, siempre es mejor pecar de prudentes y pedir una cita con el especialista: el veterinario.
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