Apasionada de los animales y en especial de los gatos, desde que era una niña, Clara Busquets trata con un mimo exquisito a cada felino que llega a la gatera de Mataró, de la que es responsable. Acoger gatos abandonados, cuidarlos y darles el cariño que necesitan hasta que puedan ser adoptados es un reto que va más allá de un mero trabajo. Es para ella pura vocación.
¿Cuándo descubrió que era feliz cuidando gatos?
Desde muy niña me encantaban los animales, siempre he tenido gatos en casa, aunque no encaminé mi profesión en un principio hacia ese mundo, sino que hice Filología anglogermánica. Con el tiempo, sin embargo, me di cuenta de que no me satisfacía mi trabajo y quise retomar esa pasión inicial por el mundo animal. Me formé como Ayudante Técnico Veterinario y posteriormente como Educadora Felina y entre una y otra formación me hice voluntaria de la gatera de Mataró.
Y se quedó en la gatera, ahora como responsable…
Pues sí, les gusté tanto que me quedé. De eso ya hace seis años.
¿Desde cuándo funciona la protectora?
La Sociedad protectora de Animales de Mataró tiene 45 años de vida. Comenzó su andadura en 1971.
¿Los gatos que tienen en adopción son gatos encontrados, gatos que les lleva la gente porque no pueden hacerse cargo de ellos?… ¿Cómo se inicia la acogida por lo general?
Mayoritariamente son gatos domésticos recogidos en las calles por la policía local tras recibir aviso de ciudadanos que los encuentran o los recogen. Pero las vías de entrada son muy numerosas y variadas: gatos abandonados en clínicas y hospitales veterinarios porque la gente se los encuentra, no sabe qué hacer con ellos y acude a un veterinario que nos pasa aviso a nosotros. O bien personas que no pueden o no quieren pagar una operación o un tratamiento veterinario a su gato enfermo o herido, pretenden eutanasiarlo y finalmente renuncian a él para que pueda tener otra oportunidad, con los gastos a cargo del esfuerzo de la protectora… También nos encontramos con renuncias de propietarios variadas, bajo innumerables excusas, como problemas de alergia repentina, cambios de piso, de país, ignorancia cuando una mujer queda embarazada y es mal aconsejada en cuanto al peligro de la toxoplasmosis…
¿También se los dejan en la puerta?
Sí, muchas veces nos encontramos con gatos en cajas o transportines delante del refugio o lanzados directamente a través de las vallas de la protectora… También recibimos avisos de alimentadoras o cuidadoras de colonias callejeras, donde la gente abandona allí a sus gatos domésticos porque no los quiere, porque molestan, porque los gatos tienen algún problema de comportamiento pero no se busca una solución… también hay algún decomiso por maltrato o por síndrome de Noé. En este último caso se suelen colapsar las protectoras por el gran número de animales que entran de golpe en las instalaciones.
¿Hay alguna temporada en la que se vean desbordados?
La temporada de cachorros de gato es especialmente dura. Va de marzo a noviembre y pueden llegar a entrar de 25 a 30 cachorros en una semana, lactantes (con lo cual hay que buscar personal voluntario que los alimente día y noche), en mal estado, enfermos, contagiosos… y aparecen por todas partes y de todas las maneras… por las calles, en contenedores, los traen particulares que no esterilizan a sus animales, argumentando que se los han encontrado… Es realmente un problema grave y hay mucho sufrimiento en todo ello. También puede entrar algún gato feral o desconfiado por desaparición de una colonia debido a obras urbanas…
¿Qué tipo de cuidados se le proporcionan al gato desde el inicio en el centro?
Las primeras atenciones comprenden revisión veterinaria, desparasitación interna y externa; vacuna, microchip y, si es adulto, test de leucemia e inmunodeficiencia. Si el animal presenta mal estado o se sospecha de alguna patología, se le pauta el tratamiento veterinario apropiado o se procede a extracción de sangre para analíticas, y si lo requiere, se concierta la prueba diagnóstica necesaria (radiografía, ecografía, cultivo, antibiograma, etcétera).
A los 20 días de entrar en el refugio se procede a la esterilización. En todo momento el gato es ubicado según edad, estado y necesidades. Los enfermos se ubican en hospitalización, los cachorros se instalan en la ‘nursery’, una zona especialmente creada y adecuada solo para ellos, y los adultos se instalan en una primera área de la gatera llamada zona de adaptación, donde están los gatos recién llegados. Así se puede observar si comen, su carácter, si se esconden, si se estresan… antes de pasar a la gatera general.
Es necesario atender a cada animal como individuo único para poder cubrir sus necesidades concretas.
¿Y cuando llega un animal con una enfermedad contagiosa?
En el caso de que lleguen con alguna enfermedad contagiosa como leucemia o inmunodeficiencia son instalados en zonas aparte para evitar cualquier tipo de contagio hacia otros gatos. Además se difunden y se entregan en adopción en hogares elegidos donde no hay más gatos o ya tienen gatos con la misma enfermedad. Es necesario atender a cada animal como individuo único para poder cubrir sus necesidades concretas.
Si alguna persona se encuentra con una colonia no deseada en su casa, en caso de que viva en un entorno natural, ¿puede acudir a su centro?
En el caso de colonias, la protectora de Mataró se dedica a la esterilización y retorno de este tipo de animales mediante el sistema CES O CER (Captura, Esterilización y Suelta o Retorno). Hay que avisar a la persona encargada del CES en la protectora para que se valore el estado de la colonia, la ubicación, el número de miembros, y se procede a la captura, la esterilización y el retorno. Una colonia no se forma si no hay alimento disponible, por ello se desaconseja alimentar gatos en nuestros jardines si no queremos que se nos forme una colonia en casa. Si la colonia está medio formada, tras las esterilizaciones, hay que desviarla adonde proceda, cambiando lentamente la fuente de alimento. Nunca se puede cambiar una colonia de lugar sin una adaptación previa, ya que los gatos siempre intentarán volver a su lugar por lejos que esté, lo que comporta estrés, accidentes, gatos vagabundeando y descolocados.
¿Y cuando la persona no se puede hacer cargo de los gastos del animal: esterilizarlo, desparasitarlo y vacunarlo y hacer el seguimiento médico pertinente?
En este caso es necesario contactar con Servicios Sociales en el ayuntamiento de la localidad a la que pertenece para que abra un expediente, valore la situación, compruebe que realmente la persona o familia no puede hacerse cargo del animal. Después se procede a la renuncia e ingreso del mismo en la protectora del municipio.
La temporada de cachorros de gato es especialmente dura. Va de marzo a noviembre y pueden llegar a entrar de 25 a 30 cachorros en una semana, lactantes (con lo cual hay que buscar personal voluntario que los alimente día y noche).
¿Es más frecuente el abandono de gatos o de perros?
La protectora de Mataró recogió solo de la calle en 2016, 756 perros y 694 gatos, sumando 18 perros y 15 gatos de Bienestar Social, 23 perros y 1 gato decomisados, 79 perros y 12 gatos con renuncia de propietario, por dar solo unos pocos datos… Es más alta la cifra de perros abandonados, aunque hay que contar que el perro es más visible; muchos gatos que se abandonan en la calle se asustan, se esconden, no se les ve, y no se les recoge nunca.
¿Cómo funciona la adopción, a través de la web en internet o la gente va a visitar la protectora y adopta? ¿Qué es lo más común?
La difusión a través de la página web y de las redes sociales del trabajo que se realiza desde la entidad y de los animales que esperan adopción es básica. Sin difusión no se conseguirían ni la mitad de las adopciones actuales. Se facilitan teléfonos, correos electrónicos para contactar… A través de estas plataformas que nos brinda la tecnología actual, las personas que quieren adoptar acuden personalmente a los refugios, donde se valora a la persona o familia, características, costumbres, necesidades, modo de vida, … para conseguir que el animal adoptado sea el apropiado para cada caso y viceversa.
Para ello es muy importante conocer el carácter y estado del animal que se está dando en adopción, para asegurar el éxito en su nuevo hogar. Por ejemplo, nunca se dará en adopción un gato muy asustadizo o poco socializado a una familia con niños u otros animales muy movidos, ni un gato muy activo a una persona mayor muy tranquila o con movilidad reducida.
¿Tienen muchas solicitudes de adopción de gatos?
La Protectora de Mataró en 2016 dio en adopción 582 gatos, cifra realmente importante. Por suerte sí hay solicitudes de adopción, aunque detrás de ello hay un esfuerzo grandioso y continuo de difusión, contacto, seguimiento y esfuerzo por entregar el gato apropiado a la familia apropiada…
Cuando se formaliza la adopción, ¿qué requisitos debe cumplir la persona que adopta?
Debe pasar una entrevista personal con el cuidador o encargado de la protectora para valorar si la persona es responsable, si el animal va a estar bien cuidado y en el entorno adecuado, si el fin de la adopción es ética y respetuosa… No es tarea fácil, pero se niega sin dudar la adopción a toda persona que exprese contradicción o se valore que no es apta para cuidar de una animal como se merece, con todo el respeto y atenciones, y para siempre.
Se niega sin dudar la adopción a toda persona que exprese contradicción o se valore que no es apta para cuidar de una animal como se merece.
La tasa de adopción: vacunas, desparasitación, esterilización… ¿a cuánto asciende?
Según el tipo de gato, puede haber tasas diferentes. Todas incluyen la desparasitación interna y externa, la vacuna, la esterilización y el microchip.
La tasa de adopción de un gato joven y sano es de 25 euros. Si es gato de campaña por edad, algún defecto físico o por enfermedad, la tasa es de 15 euros, con los servicios veterinarios a precio de coste en nuestras instalaciones. Existe incluso otra campaña de gatos de difícil adopción por ser muy desconfiados o mal socializados, en la cual la tasa es de 0 euros e incluye incluso los gastos veterinarios gratuitos de por vida en nuestras instalaciones, para poder ofrecer una oportunidad a gatos complicados que de otra forma están condenados a no salir nunca del refugio.
¿Qué aportaciones reciben de los organismos públicos?
La Generalitat aporta ayuda puntualmente, no anualmente, lo cual complica mucho el hecho de poder mantenernos. Por ejemplo, el año pasado no hubo ninguna ayuda y este año no tenemos ningún aviso ni noticia de que la vaya a haber. El ayuntamiento actualmente aporta una ayuda por convenio de colaboración con acciones varias, tales como control de animales (gatos callejeros u otros tipos de animales), pero este dinero nunca es seguro. Depender de la administración comporta que las entidades se endeuden en cuanto deja de entrar dinero.
Desde la famosa crisis, las ayudas hacia las entidades por gestión de animales han bajado. Las ayudas públicas, pues, son mínimas y nunca suficientes dado el volumen de animales que ingresa y el mal estado en el que muchos se encuentran. Si realmente se quiere realizar un trabajo proteccionista de calidad se necesita mucho dinero para cubrir la inversión en el coste de pruebas, tratamientos, intervenciones quirúrgicas, personal profesional y competente, mantenimiento de instalaciones, alimentación…
¿Reciben donaciones?
Las donaciones provienen del apoyo de la sociedad, de socios y padrinos y de alguna pequeña empresa. Son estas donaciones las que nos permiten gestionar el proteccionismo y la eutanasia cero. Sin ellos no podríamos conseguirlo.
La mayor parte de centros de acogida y protectoras ¿son públicos o privados?
Aunque hay muchísimas asociaciones que se dedican a la gestión de gatos de calle, la gestión de los centros de acogida está dominada por la empresa privada del sector de servicios públicos. Las entidades, si gestionan, son pequeños refugios, con muy pocos recursos y muchas dificultades. La ‘Societat Protectora d’Animals de Mataró’ es una de las pocas entidades sin ánimo de lucro que gestiona centros de acogida.
Actualmente hay mucho movimiento en las redes sociales para preservar el bienestar animal de las mascotas. ¿Hay realmente una mayor concienciación y respeto hacia los animales o es solo una pantalla?
Ciertamente, en la actualidad hay mucha más preocupación por el bienestar animal, y gracias a las redes sociales se consigue difundir, exponer y denunciar para conocimiento y alcance de muchísimas personas lo que no era tan fácil ni rápido hace tan solo unos pocos años. De todas formas queda muchísimo trabajo por hacer.
El maltrato animal está a la orden del día y en todas partes, desde la persona que tiene a su perro atado las 24 horas del día con la cuerda con la medida justa para no ser sancionado, o el vecino que tiene al gato viviendo en un balcón, pasando por las corridas de toros, las fiestas con animales, la explotación y trato con saña de los animales mal llamados de consumo, la falta de responsabilidad de los propietarios de animales que no esterilizan, que permiten que cada año la perra o la gata vaya pariendo sin control; la gente que deja a sus animales en la calle sin contemplaciones ni ningún tipo de remordimiento porque simplemente ya no los quiere y le molestan… Pero afortunadamente frente a esto hay un colectivo en alza de personas con una ética envidiable que dedican sus vidas a contrarrestar tanto sufrimiento.
El gato es un animal silencioso, tranquilo, puede ser mucho más cariñoso y fiel de lo que nos pensamos.
¿Por qué aconsejaría a alguien que pueda estar leyendo esta entrevista que adopte un gato?
Adoptar un gato es una de las mejores decisiones que puede tomar una persona amante de los animales. El gato es un animal silencioso, tranquilo, puede ser mucho más cariñoso y fiel de lo que nos pensamos. Nos hará compañía, nos hará reír, es el compañero ideal. Es perfecto para personas que trabajan muchas horas fuera de casa o que tienen horarios variados; no necesitan salir a pasear, son limpios… Solo podría alabar sus buenas cualidades porque son un pequeño tesoro por descubrir. Está demostrado que los animales aportan grandes beneficios físicos y psíquicos a las personas sin pedir mucho a cambio.
Un gato es ideal para que un niño crezca aprendiendo a respetar a los animales, por ejemplo. Es un miembro más de la familia. Puede llegar a ser, por otra parte, la única ilusión de vivir de personas ancianas que viven solas… Y el hecho indiscutible de adoptar un gato de un refugio debería hacernos sentir orgullosos y mejores personas por ayudar a un ser vivo que lo necesita, sabiendo además que en su lugar, otro gato que esté abandonado y malviviendo por las calles, podrá entrar en el centro y tener una segunda oportunidad. Por otro lado, el lazo de amor y amistad que se puede llegar a establecer entre un gato y una persona es una de las experiencias más bonitas y enriquecedoras que se pueden vivir. Sin duda, adoptar un gato (o dos) solo puede aportar felicidad y más calidad a nuestra vida.
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