La agresividad por juego representa el 43% de los casos de agresividad felina hacia los miembros de la familia. Se suele dar en gatos indoor que pasan mucho tiempo solos y tienen poca estimulación (normalmente son el único gato de la casa) y con los que se ha dado un manejo inapropiado a la hora del juego; es decir, suelen ser gatos a los que se ha incitado desde pequeñitos a jugar con las manos y los pies y que cuando se hacen mayores tienen tendencia a morder o arañar pudiendo causar lesiones serias.

Violeta Sánchez, veterinaria etóloga del Grupo de Especialidad en Medicina del Comportamiento (GEMCA), explica que la agresividad por juego suele darse en gatos jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier edad y el blanco de la agresión son diferentes partes del cuerpo en movimiento. «Los ataques suelen ser selectivos, implicando solo a una persona, en ciertos lugares y solo cuando se mueve, por ejemplo al subir y bajar escaleras, al salir de la ducha, al andar por el pasillo…sin embargo aún no se sabe el motivo por el cuál eligen a ciertos individuos», asegura Sánchez. La experta explica que «el juego puede ser especialmente brusco y provocar daño y lesiones físicas si el gato carece de autocontrol y no modula sus respuestas, pero también si no hace suficiente ejercicio o ha aprendido a jugar de manera inapropiada a través de mecanismos de condicionamiento operante (refuerzo positivo). Esto se produce cuando los tutores del gato motivan este comportamiento incitando a jugar al gatito con las manos, con los pies o con el pelo. Cuando el gato crece y se hace adulto, estos comportamientos de juego pueden volverse más dañiños e incluso provocar miedo en las personas atacadas».
La veterinaria, especialista en comportamiento animal, menciona varios aspectos a tener en cuenta en este tipo de agresiones. En primer lugar «cuando los mordiscos o arañazos son profundos, no inhibidos y se dirigen a la cara o a las manos o las víctimas son personas con piel frágil, con inmunodeficiencias, niños o ancianos». Por otra parte, cuando «la actividad es nocturna y el gato no permite el descanso» y cuando «provoca miedo en los miembros de la familia (humanos y otras mascotas).
Claves para tratar el problema
- Mejora el ambiente del gato. De acuerdo con las guías de la ISFM sobre enriquecimiento ambiental, «se debe proporcionar un lugar seguro, los recursos ambientales clave separados entre ellos (agua, comida, arenero, rascador, etc.), oportunidades para el comportamiento de juego y depredación, contacto humano positivo, predecible y consistente y por último, un ambiente que respete el sentido del olfato del animal».
- Evita el castigo. Castigar físicamente o encerrar al gato en una habitación por portarse mal no es la solución, ya que suelen ser gatos muy activos e intentando corregir esta conducta pueden aparecer otros problemas como el miedo o la agresividad defensiva. Hay que tener en cuenta que los ataques que forman parte del juego no van acompañados de ninguna muestra de activación del sistema simpático, como la piloerección, ni de posturas características de la agresividad ofensiva o defensiva. Las orejas se dirigen hacia adelante, no hacia atrás y el gato generalmente está en silencio.
- No refuerces el problema. Si intentas separarlo o darle un toque con las manos para que no repita la acción o bien intentas redirigir el ataque lanzándole una pelota cada vez que el gato tiene ese comportamiento, puedes estar reforzando sin querer esa conducta. El gato puede confundir tu acción y creer que estás jugando con él, en vez de intentar separarlo. Por ello, permanecer quietos puede ayudar a parar el ataque o al menos a reducir la intensidad de la agresión. Esto no es fácil de llevar a cabo, con lo cual, una buena manera de repeler los ataques hasta mejorar el problema es protegerte las piernas y los brazos con ropa.
- Promueve un juego apropiado. El juego es muy importante para los gatos, especialmente para aquellos que no tienen acceso al exterior. Los tutores deben evitar jugar con el gato utilizando manos y pies. Las características del juguete ideal para el gato incluyen el hecho de ser pequeño, móvil, fácil de manipular y cazar, así como fácil de coger con la boca. Las cañas con plumas o juguetes colgantes, así como los ratones o las pelotas especiales para gatos son muy adecuados. También los túneles, los rascadores y los juegos interactivos. Violeta Sánchez afirma que los mejores momentos para jugar son las horas crepusculares, cuando el tutor del gato llega a casa y después de un periodo de reposo del felino.
- Puedes incorporar otro gato a la familia. Si pensabas traer a casa otro amiguito para que tu gato no se sienta solo cuando la familia está fuera de casa, este puede ser el momento, ya que según Sánchez, incorporar un gato de una edad y temperamento similar al que ya tienes al hogar, es una de las acciones que suelen cursar con éxito cuando se dan estas conductas agresivas por juego en felinos, siempre valorando el riesgo de conflicto entre ellos.
Fuente de información: Violeta Sánchez (GEMCA)
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