Ha nevado ¡y mucho! Si te gusta la nieve y te la encuentras justo al salir de casa querrás disfrutar de ella tanto como tu peludo perruno (los gatos aprecian el calorcito del hogar y será muy raro que quieran salir al gélido manto blanco). Quizás queramos hacer una escapada a la montaña con él o ella. Al perro, en cambio, le suele encantar saltar entre ese montón blanco, frío y húmedo. Sin embargo, hay que ser cuidadosos con ellos porque necesitan ciertas atenciones:
1.- Necesita agua, abrigo, protectores para las almohadillas plantares y toalla. Se trata de evitar que se resfríe por lo que hemos de procurar que se mantenga caliente y seco o secarle cuanto antes. Si tiene artrosis es mejor que no exponga mucho al frío. El frío puede agravar sus síntomas y le resultará incómodo y difícil desplazarse por la nieve. Si tu peludo tiene artritis en esta época puede necesitar un refuerzo con condroprotectores. No dudes en consultar a su veterinario.
2.- Correa en la mano y mantener siempre el contacto visual. Es mejor que no se aleje de nosotros. Es importante saber que al perro le cuesta más seguir el rastro sobre la nieve por lo que si se sale por una zona boscosa, a campo abierto o si el paisaje está muy modificado y poco familiar gracias a la nieve es muy importante mantener siempre el contacto visual incluso si está debidamente identificado con microchip y chapa con teléfono.
3.-Atención a sus almohadillas. Necesitará cuidar sus almohadillas ya que son muy sensibles. Es muy adecuado utilizar protectores específicos que llevan parafina o cera antideslizante. También se le puede aplicar una crema hidratante y reparadora. Evitaremos, además, grietas por el frío y el riesgo de que sufra resbalones.
4.- Cuidado también con sus orejas. A muchos perros les encanta “zambullirse” en la nieve blanda hasta quedar cubiertos por ella. Los pabellones auriculares son extremadamente sensibles a las bajas temperaturas y sus capilares venosos se irritan pudiendo sufrir inflamaciones e incluso necrosis de las puntas de los mismos.
5.- Que no coma la nieve. Si tiene sed es mejor que lleves agua siempre contigo. Puede tratar de comer la nieve del camino y no es una buena idea. Puede haber sido espolvoreada con sal o con anticongelantes así que es un gran riesgo para tu peludo que puede acabar intoxicándose o provocarle úlceras. Si tienes sospechas de que esto ha podido ocurrirle a tu mascota debes acudir inmediatamente al veterinario, ya que las sustancias anticongelantes pueden producir serios síntomas neurológicos y requieren la administración de un antídoto.
6.- Mantenerlo seco. No es una buena idea que permanezca mojado durante el paseo o en el coche hasta llegar a casa. Debemos llevar una toalla pequeña con nosotros y tener otra seca en el coche para que no tenga frío en el trayecto a casa, al refugio, al hotel… Si tirita o tiene frío será muy positivo para él o ella que lo sequemos suavemente con el secador. La temperatura debe ser templada.
7.- Necesitará comer más. Si el paseo ha sido largo, o ha estado acompañándote en una salida a la montaña nevada y ha gastado energía a raudales… necesitará recuperar fuerzas en forma de comida y agua. Consulta con su veterinario qué ración de pienso requerirá en esos días. Le puede sentar muy bien tomarse la comida empapada en agua caliente, como si fuese una sopa. Calentará su estómago y le resultará muy reconfortante.
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