Las fiestas navideñas alteran nuestra rutina y, por supuesto, también las de nuestros peludos. Ellos no acaban de entender esos cambios y pueden acabar sintiendo una gran ansiedad gracias a todos esos cambios. En general, les prestamos menos atención, nuestros horarios y, en consecuencia, también los suyos son diferentes y la decoración de la casa tiene elementos que no son los familiares.
Nuestro ritmo de vida cambia. Nada es rutinario… y hay que sumar la visita, larga o corta, de personas que no son habituales en casa. Su territorio y su intimidad se ven alteradas y eso afecta a su bienestar.
¿Qué hacer ante todos los cambios que traen consigo las fiestas?
Es importante incrementar los posibles escondites especialmente si hay gatos en casa. Una idea es colocar cajas cerradas con una abertura en uno o más de un rincón tranquilo de la casa. Que sea un lugar recogido donde el felino pueda sentirse seguro y aislado de la vorágine festiva es fundamental.
También es crucial contar con la complicidad de nuestros familiares e invitados. Debemos advertir a las visitas que no fuercen a la mascota a interaccionar (tanto si es perro como gato, como cualquier otra especie). Si ellos quieren hacerlo nos lo harán saber pero si no agradecerán poder quedarse tranquilos hasta que todo vuelva a la normalidad. Para favorecer su bienestar siempre podemos utilizar feromonas tranquilizadoras, felinas o caninas, durante los días de fiestas y reuniones.
Si nuestro peludo es perruno y apreciamos que está muy estresado será necesario intentar dedicarle un poco de atención aunque estemos muy ocupados y sacarle a pasear. Le ayudará a recuperar la tranquilidad. También podemos establecer un refuerzo positivo regalándole un pequeño detalle. Si los humanos recibimos regalos ¿por qué no hacerles a ellos también un pequeño presente?
Ante cualquier duda, siempre, consultar con su veterinario de cabecera.
0 comentarios