Entrenamiento y paciencia son la clave. Lo mejor es localizar un lugar tranquilo y sin distracciones; un trozo de comida y unos premios. Dejaremos la comida en el suelo y nos guardaremos los premios en el bolsillo. A continuación pasearemos con el perro atado con la correa. Pasaremos junto a la comida y siempre que no la mire y nos mire a nosotros le diremos ¡muy bien! Y ¿por qué no? Le daremos un premio. Cada día hay que entrenar un rato hasta que pase a su lado y la ignore. Cada día hay que trabajar su autocontrol. Cuando su atención esté en nosotros y no en la comida ¡se habrá ganado su premio! Es importante que no coja nada del suelo si nosotros no le damos permiso. Consulta los métodos de refuerzo positivo con el etólogo veterinario.
Cómo evitar que se lo coma todo…
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