Ya sea porque tu gata antes del primer año de edad y con el primer celo se ha quedado embarazada sin que te haya dado tiempo a esterilizarla; porque la has recogido de la calle ya embarazada o porque te dedicas a la cría de gatos de raza, hay diferentes cuestiones que deberás tener en cuenta acerca de los cambios, los cuidados y el comportamiento de las gatas durante su gestación, porque aunque es cierto que por naturaleza dan a luz ellas solas y crían a sus cachorros sin problema obedeciendo a su instinto, también es verdad que puedes ayudar a tu mascota haciéndole más agradable este momento vital y evitándole complicaciones de salud indeseables.
La duración de la gestación en las gatas oscila entre los 64 y 67 días y en cada embarazo pueden tener de uno a seis cachorros. Otra curiosidad es que pueden tener hasta tres camadas por año, con lo cual, si no nos dedicamos a la cría, la opción más recomendable es recurrir a la esterilización cuanto antes tras el parto para no dar lugar a colonias descontroladas. Deberás esperar seis semanas para llevar a cabo la esterilización.
Detectarás los primeros signos de gestación sobre la tercera o cuarta semana de embarazo porque sus mamas se harán más visibles, más grandes, cambiando de aspecto hacia un color más sonrosado y presentando menos pelo circundante para favorecer la lactancia. Las náuseas de los primeros meses de embarazo, frecuentes en mujeres, también afectarán a tu gata, debido a la revolución hormonal por la que atraviesa su cuerpo y a la preparación de su útero para el parto. También podrás observar un sensible aumento de peso, que irá progresando hasta el parto. Puede llegar a aumentar hasta tres kilos o algo más.
En cuanto a su comportamiento, puede darse una leve pérdida de apetito que la llevará a comer menos durante unos días, aunque será temporal. Otro cambio importante es que buscará más estar sola en un lugar donde se encuentre cómoda y descansar (será más evidente si tienes otros gatos u animales en casa). Le apetecerá más dormir (especialmente las dos últimas semanas antes del parto) y no se mostrará tan juguetona como antes. Por otra parte, puede mostrarse más cariñosa y pedir más mimos de lo normal o estar más arisca y buscar la soledad, depende de cada animal. Teniendo todo esto en cuenta, hay una serie de cuidados que puedes procurarle para facilitarle un embarazo y un parto felices e inolvidables.
- Debes dedicarle más atención. Los cambios metabólicos debidos al embarazo harán que tu gata esté más sensible y maternal y es muy posible que se acerque más a ti en busca de mimos, con ronroneos y buscando más el contacto…Es momento para que, a poco que puedas, vuelques tu ternura con ella, haciéndole saber que estás a su lado para lo que necesite.
- Cambios en la alimentación. Las necesidades nutricionales extra de tu gata en este periodo harán que aumente su ingesta de comida, tanto seca como húmeda, como prefiera habitualmente, con lo cual deberás procurar darle pequeñas cantidades de alimento varias veces al día poniendo además siempre a su disposición agua fresca. Ten en cuenta que la comida seca es más calórica y que si toma comida húmeda deberas aumentar la cantidad o mezclarla con seca.
- ¿Qué tipo de comida es más recomendable? Como las crías van a necesitar una nutrición extra durante su desarrollo inicial, puede ser interesante alimentar a tu gata con una fórmula para gatitos rica en proteínas y grasas, rica en calcio y fósforo (para el desarrollo óseo de los gatitos) y con ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, desde la cuarta semana de gestación e ir incorporándosela a su pienso habitual de 7 a 10 días progresivamente. Hay fórmulas en el mercado que contemplan también inmunonutrientes (nucleótidos, inmunoglobulinas y prebióticos) para mantener alta la inmunidad y preservar el bienestar intestinal, tanto de la gata como de sus crías. El aumento de peso que podrás apreciar en tu gata será en buena medida grasa que acumulará para amamantar a sus gatitos durante la lactancia. Si hacia finales del embarazo tu gata comienza a perder el apetito esta es una señal de que el parto se aproxima. No obstante, sigue dejando comida y agua fresca por si le apetece.
- Ecografías y radiografías. Entre las pruebas que el veterinario puede realizar para el seguimiento del embarazo de tu gata están las ecografías, que permiten, a partir de los 20 días de gestación, determinar la viabilidad de los fetos mediante la detección de los latidos cardíacos y sus movimientos, y las radiografías, que permiten visualizar los fetos y enumerarlos. Debe realizarse después de los 40 días de gestación. Ambas pruebas permiten, por medición, calcular la fecha del parto.
- Libre de parásitos. Otra cuestión importante es liberar a tu gata embarazada de parásitos internos y externos, sobre todo si es una gata que has adoptado de la calle o si sale al exterior. Conviene que el veterinario analice si tiene parásitos internos o no mediante una prueba de heces y en caso necesario tratar a la gata con algún producto inocuo para ella y sus gatitos. En cuanto a los parásitos externos, constituyen un peligro a evitar para los gatitos recién nacidos, por ello es importante que la madre gestante no tenga pulgas y que viva en un lugar limpio de este tipo de parásitos. Lo mejor es que si tu gata tiene pulgas el veterinario te proponga un producto eficaz y natural para eliminar el problema.
- Vacunas protectoras. Lo más probable es que tu gata siga el programa de vacunación que te ha marcado tu veterinario y con eso se dé una transferencia óptima de anticuerpos maternos a sus gatitos a través del calostro durante las 18 horas siguientes al nacimiento; pero si tu gata no está vacunada, en caso de necesidad puede recurrirse a una vacuna inactivada en las últimas 2 o 3 semanas de gestación para protegerla y proteger a sus gatitos del calicivirus, el herpesvirus y la panleucopenia infecciosa.
- Si tu gata padece de estreñimiento. Al igual que nos ocurre en las últimas fases del embarazo a las humanas, nuestra gata puede padecer de estreñimiento por efecto de la presión ejercida por el útero en expansión sobre el colon. Este estreñimiento puede prevenirse o corregirse asegurando la presencia de fibra en su alimentación.
- Procúrale un nido confortable. Días antes del parto puede que tu gata esté un tanto inquieta y busque algún lugar de la casa aislado para tener a sus gatitos, especialmente si convive con más animales. Puedes ayudarla a sentirse cómoda haciendo su nido en este lugar especial que ella ha elegido. Puede ser una caja grande de cartón que le permita tumbarse y estar a sus anchas o la bandeja interior de un transportín, con absorbentes en el suelo que posibiliten una buena higiene. Por lo general, las gatas se hacen cargo de su parto y de cuidar a sus retoños, pero es muy aconsejable que estés en contacto con tu veterinario, o solicitar ayuda si lo estimas conveniente.
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