A pesar de su nutrido manto peludo… no es inmune al frío, al viento gélido o a los temporales. Tu perro necesita que le eches una mano para mantener la buena salud y, por supuesto, por su bienestar. Una precaución que es doblemente importante si tiene una enfermedad cardíaca, una dolencia renal o diabetes.
#1 Si tiene artritis
En invierno le costará más moverse. Esta enfermedad se agrava con las bajas temperaturas. Seguramente le puede ayudar un tratamiento con condroprotectores. Consulta con su veterinario.
#2 Abrigo y tiempo limitado fuera
Ojo con las bajas temperaturas y una posible hipotermia. Si tu peludo es de pelo corto es una buena idea que salga con un jersey o un abrigo durante los paseos y que estos no se alarguen mucho. Y si tiene una gruesa capa de pelo y otra de subpelo… igualmente hay que controlar que sus orejas y su cola no tengan síntomas de congelación.
Muchas veces, algo tan sencillo como una protección de la zona del cuello, tipo bufanda, puede prevenir infecciones respiratorias de vías altas, especialmente en perros delicados (braquicefálicos, animales mayores, etcétera).
#3 Cuidado con la sal y los anticongelantes
La sal y otros productos químicos que se utilizan para eliminar el hielo de las carreteras pueden irritar las patas de los peludos y, si se la comen, pueden provocarle úlceras. Tras el paseo hay que lavarle las patas con agua caliente.
#4 No dejarlo en el coche
La temperatura dentro del coche puede bajar muy rápidamente en invierno. Si en verano puede llegar a colapsar por un golpe de calor… en invierno el peligro está en la hipotermia. No lo dejes solo en el coche.
#5 Previsión en los viajes
Si viajas con tu peludo en invierno asegúrate de tener todo lo que necesitará tu mascota: comida, agua, medicamentos si los necesita, mantas y ropa de abrigo.
Muy importante: Ante cualquier duda: consulta a su veterinario.
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