Los gatos, al igual que las personas, pueden padecer hipertensión, pero en la mayoría de los casos no llega a ser diagnosticado lo que impide un tratamiento preventivo. La Sociedad Internacional de Medicina Felina (ISFM) alerta de este hecho en una guía en la que ofrece pautas y recomendaciones a los profesionales veterinarios sobre la frecuencia en el control de la presión arterial y cuándo es necesario un tratamiento.
Los gatos, especialmente los de edad avanzada (mayores de 10 años), pueden sufrir de hipertensión arterial, pero a diferencia de los humanos, en los que este problema se suele tratar de forma preventiva y suele controlarse a través de una dieta libre de sal y equilibrada, actividad física y un tratamiento específico si es preciso… en los felinos, la mayoría de casos pasan desapercibidos. Esto puede llegar a ocasionar daños graves en el corazón, el cerebro, los riñones o los ojos de estos animales, que en muchos casos son irreversibles, como la ceguera causada por desprendimiento de retina.
Un diagnóstico temprano sería clave para poder aplicar el tratamiento oportuno y evitar mayores consecuencias. Sin embargo, tomar la presión arterial a nuestra mascota en casa no es cosa fácil y la visita al veterinario para este procedimiento puede crear en el animal una ‘hipertensión de bata blanca’; es decir, un estrés puntual por el hecho de estar en la clínica que a la hora de tomar la presión puede dar falsos resultados.
Indicaciones prácticas
Consciente de estas dificultades y de la importancia de la prevención, la Sociedad Internacional de Medicina Felina (ISMF) ha realizado una guía, que se ha publicado recientemente en la revista ‘Journal of Feline Medicine and Surgery’, con algunas recomendaciones para que los profesionales veterinarios puedan realizar esta práctica sin problemas. El documento, elaborado por veterinarios de Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Francia y España, entre otros, incluye indicaciones sobre la frecuencia para controlar la presión arterial del gato según la edad y el estado de salud e información para tratar al animal durante la medición, tranquilizándole para evitar que sufra estrés. También se indica cuándo se justifica la terapia hipertensiva con medicación, teniendo en cuenta diferentes lecturas de la presión arterial sistólica y la evidencia de daños a órganos diana; así como lo que una revisión al gato hipertenso debe incluir.
Es preciso destacar que la hipertensión arterial secundaria, producida por otros problemas de salud como la enfermedad crónica de riñón o el hipertiroidismo, es la forma más común en la que se manifiesta esta enfermedad en los gatos.
Samantha S. Taylor et al. «ISFM Consensus Guidelines on the Diagnosis and Management of Hypertension in Cats». Journal of Feline Medicine and Surgery 2017 http://dx.doi.org/10.1177%2F1098612X17693500
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