Los gatos comen cuando tienen hambre, beben cuando tienen sed y viven el presente instante a instante. No tratan de complacer a nadie, salvo a ellos mismos y consecuentemente hacen más felices a los que les rodean. El Método Catfulness, un programa de siete semanas que aúna las enseñanzas del mindfulness, o arte de vivir conscientemente, con la sabiduría de nuestros amigos felinos, nos enseña a ganar bienestar.
“Los seres humanos se crean un montón de problemas ellos solitos. Lo veo, todos los felinos lo vemos. Nunca paran quietos y una de sus principales ocupaciones es buscarse ocupaciones, como si jamás se permitieran el lujo de hacer una pausa. Además, no suelen expresar lo que tienen dentro; quieren una cosa, pero dicen que quieren otra si temen herir la sensibilidad de alguien. Algunos hablan en voz muy alta, como para aturdir a quien tienen delante; otros se mueven nerviosamente, andan arriba y abajo por una habitación, agitan los brazos, las piernas, la cabeza…Siempre persiguen algo más, como si la vida que están viviendo no fuera suficiente. Dicen que buscan “la felicidad”, pero ¿saben qué es la felicidad realmente? Por suerte, estamos nosotros, los gatos”.
Con esta introducción, el joven escritor italiano Paolo Valentino, propietario de dos gatos y gran amante y conocedor del mundo felino, se pone en el pelo de sus grandes amigos para mostrarnos un librito de cabecera pequeño, manejable e imprescindible para no olvidar las cuestiones importantes. El Método Catfulness, recientemente publicado por la editorial Urano, es un programa de siete semanas (como siete vidas tiene un gato) que aúna las enseñanzas de la meditación zen con el punto de vista y la sabiduría felina. Poniendo en práctica estos sencillos consejos, ilustrados con gran delicadeza por Marianna Coppo, aprenderemos a conectar con nuestra vida cotidiana, a vivir momento a momento y a sorprendernos ante las maravillas que nos rodean y la belleza de nuestra vida. Además nos libraremos del estrés y redescubriremos el placer de ser felices. Te adelantamos dos perlas del libro para ir ejercitando:
Cambia de perspectiva
¿Por qué prefiero una caja de cartón
al cojín suave que me has comprado?
Pregúntate
Por qué a veces el catre chirriante
de un refugio de montaña te parece más acogedor
que una cama mullida de hotel.
Es una cuestión de perspectiva:
sé sincero contigo mismo y no elijas
lo más bonito,
sino lo que te haga más feliz.
Da las gracias
Si eres feliz, agradécelo sin pensarlo.
Yo doy las gracias con mimos,
o dejándote un regalo a los pies de la cama,
un gorrión o un pajarillo
que he cazado para ti.
Tú puedes hacerlo con una sonrisa, una palabra amable
dedicada a quien ha mejorado tu día.
Y cada mañana al despertar,
dale las gracias a la vida.
Al día siguiente tendrás más motivos
para dar las gracias.
http://www.edicionesurano.es/es-es/catalogo/catalogos/ficha-tecnica.html?id=001000524
0 comentarios